Sheinbaum anuncia acuerdo con refresqueras: reducirán azúcar para enfrentar la crisis de salud en México
Desde Palacio Nacional, durante la conferencia matutina, la mandataria explicó que el compromiso fue alcanzado la noche anterior, tras semanas de diálogo con la industria, y busca disminuir los riesgos de enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión, dos de las principales causas de muerte en el país.
“Los empresarios refresqueros han reconocido que es indispensable reducir el contenido de azúcar en las bebidas. Este acuerdo es un paso importante para la salud de los mexicanos”, afirmó Sheinbaum.
La presidenta destacó que el convenio incluye la continuidad del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a las bebidas azucaradas, que se mantendrá como incentivo fiscal para promover hábitos más saludables. Sin embargo, el nuevo enfoque se basa más en la corresponsabilidad empresarial que en la imposición.
Sheinbaum enfatizó que el propósito no es prohibir los productos, sino impulsar una transformación gradual en los patrones de consumo y producción, con la participación activa de la industria.
“No se trata de prohibir, sino de mejorar. Quienes producen refrescos deben asumir que es momento de disminuir los niveles de azúcar. Es una responsabilidad compartida con la salud de nuestra población”, subrayó.
La presidenta recordó que en las últimas dos décadas México ha enfrentado un creciente deterioro en la salud pública derivado del consumo excesivo de alimentos ultraprocesados. Este fenómeno ha elevado drásticamente los casos de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares, generando presión sobre los hospitales de especialidades y los sistemas de atención médica.
“Cada vez más personas requieren hemodiálisis. Muchas de esas enfermedades están vinculadas con una mala alimentación y con el abuso del azúcar. Esto debe cambiar”, sentenció Sheinbaum.
El Gobierno Federal informó que en las próximas semanas se darán a conocer los lineamientos técnicos del acuerdo, los cuales incluirán metas de reducción gradual del contenido calórico y compromisos de reformulación por parte de las principales marcas.
Con esta medida, la administración de Sheinbaum busca marcar un precedente en las políticas de salud preventiva, apostando por una alianza inédita entre el Estado y la iniciativa privada para enfrentar una de las crisis más silenciosas pero devastadoras del país: la del consumo excesivo de azúcar.
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