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Motociclistas, las víctimas invisibles de la Ciudad de México: muertes en aumento mientras crecen las ventas de motos

México,
a 16 de octubre de 2025.- En la capital del país, los motociclistas pagan un precio alarmante por la movilidad urbana. Durante los últimos cinco años, las cifras de fallecimientos en accidentes de tránsito han aumentado de manera sostenida, y las víctimas en dos ruedas representan casi la mitad de todos los decesos anuales por accidentes viales en la ciudad.

A pesar de esta tendencia mortal, el mercado de motocicletas sigue en auge: en el mismo periodo, más de un millón de motos se han puesto en circulación en la capital, impulsadas por la demanda de transporte económico y ágil en calles cada vez más congestionadas.

Especialistas en seguridad vial advierten que la falta de infraestructura adecuada, la ausencia de campañas de concientización y la poca regulación del tránsito motorizado contribuyen directamente a esta crisis silenciosa. “El riesgo para los motociclistas en Ciudad de México es significativamente mayor que en otras entidades del país. Muchas muertes podrían prevenirse con educación vial y medidas de protección”, señala un experto en movilidad urbana.

Las estadísticas revelan un patrón preocupante: los accidentes que involucran motocicletas no solo han crecido en número, sino también en gravedad, siendo frecuentes los choques frontales, atropellamientos y caídas por exceso de velocidad o maniobras peligrosas. La combinación de tráfico denso y motociclistas sin el equipo de seguridad completo ha generado un saldo de víctimas que, según organizaciones civiles, podría prevenirse en gran parte con políticas públicas más estrictas.

El contraste entre el aumento de motocicletas y la escalada de muertes plantea un dilema para autoridades y ciudadanos: ¿cómo equilibrar la necesidad de transporte económico con la seguridad de quienes usan las calles como única vía de movilidad rápida? Mientras tanto, las cifras continúan alarmando a familiares y asociaciones de víctimas, que claman por acciones inmediatas, desde reglamentación más estricta hasta campañas de educación vial y uso obligatorio de casco y protección.

En un contexto donde la movilidad rápida se ha vuelto indispensable para miles de capitalinos, la cultura de prevención vial parece no seguir el ritmo de las ventas de motos, y la ciudad enfrenta un reloj mortal en sus calles: cada nueva motocicleta en circulación es un recordatorio del riesgo que enfrentan quienes eligen este medio de transporte.

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