Trump endurece políticas migratorias: ordena negar visas a personas con obesidad o edad avanzada
La nueva directriz instruye a consulados de Estados Unidos a considerar la salud y la edad como factores de inelegibilidad para obtener residencia permanente.
Estados Unidos, a 7 de noviembre de 2025.- El expresidente Donald Trump ha instruido al Departamento de Estado de Estados Unidos a aplicar una nueva directriz que amplía los motivos médicos para negar la visa de inmigrante. Bajo esta orden, condiciones como la obesidad, la diabetes o la edad avanzada podrán considerarse razones para declarar a una persona “inelegible” para residir legalmente en el país. Según reportó KFF Health News, la medida pretende evitar que los inmigrantes representen una “carga pública” para el sistema de salud estadounidense, reactivando una política que había sido eliminada durante la administración de Joe Biden.
Una orden que revive la política de “carga pública”
De acuerdo con información de KFF Health News, el gobierno de Trump instruyó a las autoridades consulares a evaluar de manera más estricta el estado de salud de los solicitantes de visa de inmigrante.
La nueva guía del Departamento de Estado señala que deberán considerarse afecciones como obesidad, hipertensión, apnea del sueño o diabetes, ya que “todas pueden requerir atención médica costosa y prolongada”.
La medida exige que los solicitantes demuestren que pueden costear sus tratamientos médicos sin depender del gobierno estadounidense. “Debe considerarse la salud del solicitante”, indica textualmente la orden, lo que amplía la interpretación tradicional del concepto de carga pública.
Durante su primer mandato, Trump ya había intentado endurecer el proceso migratorio con políticas similares, que fueron revertidas por la administración Biden en 2021. Ahora, el exmandatario republicano vuelve a impulsar esta agenda en el marco de su posible regreso al poder.
Implicaciones médicas y sociales de la medida
Especialistas en salud pública han advertido que esta política discrimina a personas con condiciones crónicas comunes, especialmente en regiones de América Latina donde enfermedades como la obesidad y la diabetes son prevalentes.
Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), México es uno de los países con mayor índice de obesidad en el continente, por lo que esta medida podría tener un impacto directo en miles de solicitantes mexicanos.
El vocero de la Embajada de Estados Unidos en México, David Arizmendi, recordó que “contar con una visa es un privilegio, no un derecho”, al referirse al endurecimiento de las evaluaciones médicas.
Sin embargo, organizaciones de derechos humanos advierten que la medida profundiza la desigualdad al penalizar la salud y la edad, ignorando el principio de no discriminación en materia migratoria.
Efectos en los solicitantes y sus familias
La directriz no solo aplica al solicitante principal, sino también a sus familiares inmediatos, incluidos hijos y padres mayores, lo que amplía el margen de exclusión.
Asimismo, se pide a los funcionarios consulares determinar si los familiares podrían necesitar atención médica que implique un gasto público.
“Este tipo de políticas suelen afectar a las familias más vulnerables y a los adultos mayores que buscan reunificación familiar”, explicó un analista consultado por KFF Health News.
Además, el documento instruye a evaluar si las personas de edad avanzada podrían depender de programas de asistencia social, lo que también sería causa de inelegibilidad.
Reacciones y contexto político
La decisión llega en un momento clave para la política migratoria estadounidense, marcada por el regreso del discurso de seguridad nacional y autosuficiencia económica que caracterizó a la primera administración Trump.
Expertos interpretan esta orden como un gesto electoral destinado a reforzar su base conservadora, apelando a la narrativa de “protección del contribuyente estadounidense”.
Por su parte, analistas en materia migratoria señalan que la política podría enfrentar retos legales similares a los que provocaron su anulación en 2020, cuando cortes federales determinaron que violaba principios de equidad y proporcionalidad.
La reactivación de la política de “carga pública” bajo el liderazgo de Donald Trump marca un retorno al enfoque restrictivo y selectivo de la inmigración estadounidense, que prioriza la productividad sobre la inclusión.
Más allá del control fronterizo, esta medida refleja una visión utilitaria del ser humano, en la que la salud y la edad dejan de ser derechos y se convierten en obstáculos para la movilidad y la reunificación familiar.
En un país que se define como “tierra de oportunidades”, la pregunta de fondo vuelve a ser la misma: ¿oportunidades para quién?




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