Digna Ochoa y Plácido, una historia que merece ser narrada
El
abogado Gerardo González encuentra el cuerpo sin vida de su colega Digna Ochoa
y Plácido en el despacho donde ambos trabajan. Presenta dos impactos de bala,
uno en el muslo y otro, con dirección de arriba hacia abajo y de atrás hacia
adelante, en la sien, de lado izquierdo. Se encuentra de rodillas frente a un
sillón, con los pantalones llenos de polvo. Presenta lesiones en el párpado
derecho, oído izquierdo, rotura de labios, una herida en el cuello y huellas de
sometimiento. Junto a ella hay una amenaza de muerte dirigida a integrantes del
Centro de Derechos Humanos Miguel
Agustín Pro; también se
encuentran otras que había recibido tres días antes de su muerte.
El
titular de la Procuraduría General de Justicia, Bernardo Bátiz se compromete a
localizar a los responsables y nombra como Fiscal Especial del caso a Margarita
Guerra Tejada, quien también llevó la investigación de la muerte del magistrado
Polo Uscanga que fluctuó entre homicidio y un poco probable suicidio.
21
meses después
Se
presenta la resolución de la Procuraduría General de Justicia del D.F. en la
que se afirma que, aquella abogada premiada por Amnistía Internacional, Digna
Ochoa había cometido suicidio.
Según
la PGJ, Digna se dispara primero en una pierna, después toma su sweater para
taparse la boca y se dispara en el costado izquierdo de la cabeza. Sobre la
herida en la ceja, se argumentó que era acumulación de agua; las demás se
trataban de livideces.
Margarita
Guerra manifestó que la abogada sufría de trastorno de la personalidad con
rasgos paranoides esquizoides, trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad
y depresión crónica.
El 15
de marzo de 2007, en la Sierra de Petatlán, Guerrero, un campesino da a conocer
información donde señala al ganadero y ex presidente municipal de Petatlán,
Rogaciano Alba Álvarez (a quien le encontraron nexos con el narcotráfico, dos
de sus hijos fueron asesinados y su hija fue secuestrada), como presunto autor
intelectual del asesinato de la abogada.
Como
era de suponerse, los familiares pidieron reabrir el caso. El 28 de noviembre
de 2010, el procurador Miguel Ángel Mancera dijo: “se concluyó que fue un tema
de suicidio”.
¿Quién
fue Digna Ochoa?
La diestra Digna Ochoa y Plácido, monja
abogada defensora de los derechos humanos, nació el 15 de mayo de 1964 en
Misantla, Veracruz.
Su
padre formó parte del movimiento social por mejoras laborales en los ingenios
azucareros de la zona veracruzana. Mientras él trabajaba ocurrió el asesinato
del secretario general y culpan al padre de Digna.
Ante
dicha situación, la familia Ochoa se ve en la necesidad de contratar los
servicios de un abogado. Al ver los problemas que enfrentan para pagar los
honorarios, Digna descubre su vocación por ayudar a los más necesitados.
A los
22 años ingresó en el Convento de las Dominicas y renuncia a dicha orden diez
años más tarde.
En
1988 llegó al Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro y fue nombrada
asesora jurídica en 1993. Algunos de los casos que llevó fueron violaciones
sexuales de mujeres por parte del ejército, los hermanos Cerezo y el caso de
los ecologistas de la sierra de Petatlán, en Guerrero.
Con
respecto a éste último, Digna defendía un grupo de campesinos acusados de pertenecer
a la guerrilla, siembra de mariguana y portación de armas exclusivas del
ejército, por un grupo de caciques (entre ellos, Rogaciano Alba Álvarez)
y el mismo ejército.
En
1999 recibe amenazas de muerte, hasta que en octubre del mismo año fue secuestrada,
torturada y amarrada a un tanque de gas abierto.
Con
todo y lo acontecido, ella no quería salir del país. Incluso bromeó con
que los secuestradores no habían pagado por el gas que dejaron salir del
tanque. Sin embargo, en septiembre del 2000, Digna parte a Washington obligada
por el mismo Centro Miguel Agustín. Regresa a México para llevar el caso de los
hermanos Cerezo.
Por su
extraordinaria labor como defensora de los derechos humanos, Amnistía
Internacional le brindó un reconocimiento. En su discurso, ella expresó:“Yo
inicié la carrera de derecho con la ilusión de ayudar a otros pensando que era
suficiente conocer el derecho para lograr esa meta. Descubrí que a causa de la
corrupción e impunidad imperantes en México no basta ser inocente, tener la
razón y basarse en el derecho, sino que había que luchar en contra de toda una
estructura del gobierno que defiende intereses políticos y económicos muy
particulares.”.
“Como suicidio fue muy imperfecto. Como
asesinato es, hasta hoy, un crimen perfecto.”-M.A. Granados
Chapa
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