Rusia lanza advertencia a Estados Unidos ante posible entrega de misiles a Ucrania

Rusia, a 8 de octubre de 2025.- La tensión entre Moscú y Washington se intensifica por la posible entrega de misiles de crucero Tomahawk a Ucrania, una decisión que Rusia considera peligrosa y capaz de causar “daños irreparables” en la relación bilateral.

La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, señaló que el tema se sigue “de cerca” y subrayó que cualquier acción unilateral por parte de Estados Unidos podría complicar la búsqueda de una solución al conflicto ucraniano. “Esperamos que nuestras señales sean escuchadas en Washington”, afirmó durante su conferencia.

Por su parte, el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, advirtió que la entrega de los Tomahawk implicaría “graves consecuencias” y pidió a Estados Unidos reflexionar “mil veces” antes de tomar esa decisión. Riabkov comparó las relaciones actuales con un edificio en deterioro: “las grietas han llegado hasta los cimientos”, comentó.

El Kremlin mantiene la expectativa de declaraciones más claras por parte de la administración estadounidense. Dmitri Peskov, portavoz de la Presidencia rusa, reiteró que el envío de misiles sería una escalada significativa que, aunque no cambiaría el frente de combate para Ucrania, sí afectaría las relaciones diplomáticas entre ambos países.

Esta advertencia se produce después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, no descartara la entrega de armamento a Ucrania. Según Peskov, Vladímir Putin ya había señalado que tal medida incrementaría de manera considerable la tensión, sin aportar soluciones al conflicto en el terreno.

En paralelo, Ucrania ha llevado a cabo ataques a instalaciones estratégicas en Rusia, como la refinería de Bashneft en Ufa, ubicada a más de mil kilómetros de la línea de frente, mostrando la creciente complejidad de la situación militar.

Rusia insiste en que cualquier decisión estadounidense que implique suministro de armamento debe ser evaluada con cautela, advirtiendo que podría poner en riesgo la frágil estabilidad de la relación bilateral y complicar la búsqueda de acuerdos en torno al conflicto ucraniano.