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Un nuevo paso hacia la justicia social: inicia entrega de tarjetas de la Pensión Mujeres Bienestar de 60 a 64 años

México,
a 29 de septiembre de 2025.- En la llamada “Mañanera del Pueblo” de la presidenta Claudia Sheinbaum, la secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel Reyes, anunció un cambio en las fechas de entrega de las tarjetas de la Pensión Mujeres Bienestar, un programa que busca reconocer y apoyar a mujeres de 60 a 64 años que han dedicado su vida al trabajo, muchas veces invisibilizado, dentro y fuera del hogar.

La distribución, prevista originalmente para el mes de octubre, se llevará a cabo del 7 de octubre al 7 de noviembre de 2025. Durante este periodo, millones de nuevas beneficiarias recibirán el plástico mediante el cual accederán a un apoyo bimestral de 3 mil pesos.

El proceso no se realizará en orden alfabético; en su lugar, cada mujer recibirá un mensaje de texto al número de contacto registrado, con la fecha, hora y lugar donde deberá presentarse para recoger su tarjeta. Además, podrán consultar esta información ingresando su CURP en la página oficial de la Secretaría de Bienestar: gob.mx/bienestar.

Para recibir el medio de pago, será necesario acudir con identificación oficial (original y copia) y el talón morado entregado al momento del registro. En las sedes asignadas, los servidores de la nación tomarán una fotografía de cada beneficiaria y entregarán el sobre cerrado con la tarjeta del Banco del Bienestar.

Más allá de los procedimientos administrativos, este programa representa un acto de justicia social y humanista. Las mujeres de entre 60 y 64 años forman parte de una generación que, en muchos casos, sostuvo a sus familias con doble jornada: trabajo en el hogar y labores productivas. Por años, su esfuerzo quedó al margen de las políticas públicas. Hoy, con la Pensión Mujeres Bienestar, el Estado les reconoce como pilar de la sociedad, ofreciendo un apoyo que, aunque no resuelve todos los desafíos, dignifica y protege la etapa previa a la vejez.

El inicio de esta entrega nos recuerda que los programas sociales no deben verse solo como cifras o trámites, sino como un gesto de reparación histórica hacia quienes han contribuido al desarrollo del país sin el reconocimiento suficiente. La verdadera reflexión está en entender que, al garantizar mejores condiciones a nuestras madres y abuelas, construimos un México más justo, humano y solidario.

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