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¿Confianza o indiferencia? Morena minimiza violencia electoral en Veracruz pese a asesinatos de candidatos

Veracruz,
a 19 de mayo del 2025.- Mientras el proceso electoral en Veracruz se encuentra marcado por agresiones, amenazas y asesinatos de candidatos, la presidenta nacional de Morena, Luisa María Alcalde Luján, lanzó este lunes un mensaje que ha generado más dudas que certidumbres: “Confiamos en que las elecciones se llevarán a cabo de manera tranquila”.

En conferencia de prensa en el municipio de Córdoba, Alcalde Luján intentó transmitir un discurso de calma frente a un escenario ensombrecido por el miedo, asegurando que los ataques contra candidatos morenistas están siendo investigados por la Fiscalía General del Estado (FGE), encabezada por Verónica Hernández Giadáns, una institución que ha sido fuertemente cuestionada por su inacción y falta de resultados reales.

“Se les ha dado un seguimiento permanente”, afirmó la dirigente nacional morenista, sin ofrecer cifras concretas ni avances tangibles que respalden sus palabras, mientras las víctimas siguen acumulándose y la impunidad permanece intacta.

La normalización del horror

Alcalde Luján incluso reconoció que hay candidatos y candidatas asesinados, pero con una lamentación superficial que evade la responsabilidad del Estado y del partido en el poder. En lugar de exigir justicia firme y contundente, llamó a la ciudadanía a salir a votar “con ánimo, esperanza y libertad”, como si no existiera una estrategia de terror electoral operando en diversas regiones del estado.

¿Qué tipo de garantías se están dando?

La líder de Morena aseguró que “se están tomando las medidas” para proteger a los aspirantes, pero la realidad desmiente sus declaraciones. Organizaciones civiles y observadores electorales han denunciado que decenas de candidatos han solicitado protección sin respuesta oportuna, y otros han optado por abandonar sus campañas por temor a ser ejecutados.

Un llamado que suena desconectado

Alcalde pidió a simpatizantes seguir tocando puertas durante los 10 días restantes de campaña, cuando muchos lo hacen bajo el acecho de grupos armados o en zonas donde la presencia del crimen organizado ha sustituido a la autoridad legítima. Su discurso, más político que institucional, parece minimizar la gravedad del contexto, como si bastara la voluntad de votar para limpiar la sangre del pavimento.

¿Qué democracia puede florecer bajo amenaza?

La pregunta es inevitable: ¿qué tipo de proceso democrático se puede considerar legítimo cuando candidatos mueren y otros hacen campaña con miedo? ¿Dónde queda la libertad del voto cuando la violencia condiciona la participación ciudadana?

Morena tiene la responsabilidad de garantizar condiciones reales de seguridad para todos los actores del proceso electoral, no solo para los suyos. Y la Fiscalía de Veracruz, lejos de simples “seguimientos”, debe dar resultados inmediatos, mostrar detenidos, sentencias y frenar de raíz el avance del crimen en las elecciones.

Veracruz no necesita discursos de confianza vacíos. Necesita justicia, protección efectiva y un alto real a la violencia política. Porque de seguir así, el 1 de junio no se votará con esperanza, sino con miedo. Y eso, en una democracia, es inaceptable.

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