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Rocío Nahle promete aumento salarial igualitario para maestros… pero ¿y la deuda histórica del estado con el magisterio?

Veracruz,
a 19 de mayo del 2025.- En una declaración que busca congraciarse con el gremio educativo, la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García, anunció este lunes que el aumento salarial del 9% otorgado por la Federación a los maestros federalizados también se aplicará a los docentes estatales. Sin embargo, el anuncio llega en medio de un contexto de hartazgo, rezagos laborales y promesas incumplidas que han deteriorado la confianza del magisterio hacia las autoridades estatales.

“Para mí no hay diferencia entre maestros federales y estatales”, afirmó la mandataria en conferencia de prensa, en un tono conciliador que contrasta con las múltiples protestas y exigencias que el gremio ha mantenido en las calles durante años. Nahle aseguró que su administración no hará distinciones y que ya se han iniciado diálogos con docentes y directivos. Pero los maestros de Veracruz no olvidan la larga lista de pendientes que los gobiernos estatales han evadido sistemáticamente.

Un anuncio oportunista

El momento del anuncio no es menor: con el proceso electoral en marcha, prometer incrementos salariales puede sonar más a estrategia política que a una verdadera convicción de justicia laboral. Si bien el compromiso de replicar el ajuste federalizado parece una buena noticia en el papel, la realidad es que los docentes estatales han sido históricamente los más golpeados por la indiferencia presupuestaria.

Basta recordar que en años anteriores los pagos por bonos, compensaciones y aguinaldos han llegado tarde o incompletos, además de que muchos maestros estatales siguen sin certeza sobre su jubilación, prestaciones y estabilidad laboral. ¿Qué garantía existe de que este nuevo aumento sí llegará en tiempo y forma?

¿Y los problemas estructurales del sistema educativo?

El discurso de la gobernadora menciona que ha escuchado a docentes para “conocer las condiciones reales del sistema educativo en Veracruz”. No obstante, el deterioro de las escuelas, la falta de materiales, la inseguridad en las zonas rurales y el abandono en infraestructura siguen sin atenderse de fondo.

Prometer un aumento salarial no soluciona los salones sin energía eléctrica, los techos colapsados ni las aulas improvisadas que miles de maestros enfrentan cada día. Es una medida paliativa en un sistema educativo que exige mucho más que cifras en una conferencia de prensa.

Un compromiso que debe vigilarse

El magisterio estatal veracruzano debe tomar nota, organizarse y exigir que este aumento no se diluya entre la burocracia o se condicione políticamente. Ya no es tiempo de promesas ni de discursos suaves: es tiempo de resultados. Rocío Nahle tiene en sus manos la oportunidad de saldar, al menos en parte, una deuda histórica con quienes sostienen la educación pública del estado.

Pero si se queda en palabras, no será más que otro episodio del viejo guion político que usa a los maestros como botín electoral.

Porque los maestros veracruzanos no necesitan favores, necesitan justicia. Y eso empieza cumpliendo cada peso prometido… pero también resolviendo las carencias que, año tras año, los obligan a enseñar en el abandono.

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