Asesinan a tiros a regidora de Teocaltiche dentro de un hospital; la violencia política sacude Jalisco
Según confirmó la Fiscalía estatal, la víctima, de 44 años, presentaba dos heridas de bala y fue localizada sin vida en su lugar de trabajo. Ruvalcaba también había sido candidata a la presidencia municipal en 2024 por el partido Movimiento Ciudadano, que condenó el crimen y exigió una investigación inmediata.
“Expresamos nuestra profunda indignación y dolor. Exigimos una investigación pronta y expedita para capturar a los culpables”, manifestó Movimiento Ciudadano en su cuenta oficial de X.
Este crimen ocurre en el marco de una ola de violencia sin precedentes en Teocaltiche. En abril pasado, tanto el secretario de Gobierno municipal como el director de la policía local fueron asesinados en ataques distintos, lo que refleja el grave nivel de infiltración criminal y descomposición institucional en esta región del norte de Jalisco.
La Fiscalía del Estado informó que Cecilia Ruvalcaba no había reportado amenazas previas y que ya se abrió una carpeta de investigación. Autoridades locales no descartan que el crimen esté relacionado con su labor política o con las funciones que desempeñaba dentro del hospital.
En medio de la creciente presión por garantizar seguridad en los municipios más violentos, el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, condenó el asesinato y prometió justicia.
“Daremos con los responsables de este cobarde asesinato. Mi compromiso es pacificar Teocaltiche”, escribió el mandatario estatal en sus redes sociales.
Teocaltiche se ha convertido en uno de los focos rojos de violencia en Jalisco, debido a la presencia de grupos del crimen organizado que se disputan el control territorial. La región ha sido escenario de múltiples enfrentamientos armados, desapariciones y asesinatos selectivos, muchos de ellos vinculados a la esfera política o a las fuerzas de seguridad.
Con el asesinato de Cecilia Ruvalcaba, suman tres funcionarios municipales asesinados en menos de dos meses, mientras el temor y la incertidumbre se apoderan de la población local.
El caso pone de nuevo sobre la mesa el riesgo extremo que enfrentan autoridades locales en zonas dominadas por el crimen organizado, y deja una interrogante urgente: ¿quién protege a quienes intentan gobernar en medio del caos?
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