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Sin comunidad se llevó a cabo viacrucis

Misantla, Ver., a 12 de abril del 2020.- Cumpliendo las recomendaciones de monseñor don José Trinidad Zapata Ortiz, obispo de la diocesis de Papantla, los curas encargados de las parroquias de la cabecera municipal, encabezaron el viacrucis este 2020. 

La parroquia central de Nuestra Señora de la Asunción, dio inicio el viacrucis en punto de las 9:00 horas la cual estuvo encabezado por el cura don Marco Antonio Salazar Ayala, así mismo lo acompañaron los vicarios de cristo que sirven en el templo católico, dicho recorrido inicio como es costumbre de la puerta grande para recorrer calles de la ciudad de Misantla, para que en cada una de las estaciones se dio la reflexión del camino a la cruz, teniendo una duración aproximada de 3 horas y 15 minutos pues literalmente recorrieron lo que es el perímetro dela cabecera municipal. 

Por su parte la parroquia de San Juan Pablo II, que tiene a cargo el cura don José Eleno Jiménez Cruz, también inicio a las 9:00 horas, partiendo del templo parroquial, pasando calles de las colonias Linda Vista, Espaldilla, 10 de mayo; incorporándose a avenidas de la Congregación Plan de la Vieja, retornando sobre el boulevard Manuel Ávila Camacho, para llegar al inicio de la partida, teniendo una duración aproximada de casi 3 horas de un total aproximado de 3.5 kilómetros recorridos. 

Ambas parroquias concordaron en ofrecer en cada una de las estaciones, las necesidades que se tiene en la sociedad, que el paspo del Covid-19 no invada la población misanteca, solicitaron la intersección de Jesús ante el todo poderoso para que las manos de los servidores de la salud puedan no sean contagiados pro este virus, el cual ha arrasado parte de la humanidad en el mundo. 

Fue un viernes santo no común, la pandemia que amenaza a la ciudad de Misantla, es latente, si la población no acata las disposiciones, la oración es el consuelo y medio para que Dios pueda derramar el espíritu santo y que habite en los Hombres, reflejaron los vicarios de cristo. 

Pese a todo ello la población, desde sus puertas y balcones, algunos de rodillas, sentados, con lagrimas en los ojos, se enfocaron a una sola plegaria, para que el Covid-19 no sea el virus de la extinción de vidas humanas. 



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