“Que Cristo reine en lo más profundo del corazón”: mensaje central en la solemnidad de Cristo Rey del Universo en Misantla
El cura Joaquín Sánchez García invita a sanar heridas internas y a dejar atrás egoísmos y resentimientos
Por Arquímedes González.
Misantla, Ver., a 23 de Noviembre de 2025.- Durante la solemnidad de Cristo Rey del Universo en la parroquia central de Nuestra Señora de la Asunción, el cura Joaquín Sánchez García ofreció una homilía profundamente introspectiva, invitando a los fieles a cuestionarse qué espacios de su vida aún no han permitido que Cristo reine. Con un mensaje centrado en la misericordia, la compasión y la humildad, el sacerdote exhortó a la comunidad a iniciar el Adviento con un corazón vigilante, dispuesto a sanar, perdonar y dejarse transformar.
Un mensaje desde la cruz: Cristo que reina desde la entrega
En su homilía, el cura Joaquín Sánchez recordó el pasaje del Evangelio de San Lucas donde Jesús promete al buen ladrón estar “hoy mismo en el paraíso”. Con este relato como eje, explicó que la solemnidad de Cristo Rey del Universo no celebra un reinado de poder terrenal, sino la realeza de un Cristo que gobierna desde la cruz, desde la entrega absoluta y el amor que no teme mostrar sus heridas.
“El trono de este rey es la cruz”, afirmó. “Su ley es la misericordia, el perdón y la compasión”.
El sacerdote enfatizó que este reinado se hace visible en los gestos pequeños: en quienes lloran, en quienes buscan la paz, en quienes luchan sin perder la ternura. Ese es el reino donde el amor vence al miedo y la esperanza resiste.
Permitir que Cristo reine: un ejercicio de valentía interior
Uno de los ejes más profundos de la homilía fue la insistencia en que dejar reinar a Cristo no es una declaración superficial, sino una decisión íntima que toca los rincones más oscuros del ser humano.
“Dejar reinar a Cristo —dijo— es permitirle entrar en los lugares donde preferimos no mirar: los miedos que arrastramos, los resentimientos que guardamos, las heridas que aún no sanan.”
El sacerdote enumeró ejemplos cotidianos:
• Cuando perdonamos aunque duela.
• Cuando servimos en lugar de exigir ser servidos.
• Cuando respetamos la vida de los demás y dejamos de invadirla.
• Cuando elegimos la verdad pese al ruido de voces que confunden.
• Cuando soltamos el control y dejamos de creer que todo debe hacerse a nuestra manera.
“Cristo no reina donde gobiernan nuestros berrinches”, advirtió. “Reina donde se purifica el corazón.”
Un llamado urgente en tiempos fragmentados
El cura Joaquín reconoció el contexto actual: un mundo lleno de violencia, prisa, injusticias y cansancio. Frente a ello, dijo, no necesitamos un rey que imponga, sino un rey que acompañe, levante y abrace.
“Necesitamos un rey que sane desde dentro”, expresó, “que nos devuelva la mirada limpia y nos recuerde que la bondad sigue siendo posible.”
Pidió a los fieles reflexionar qué “falsos reinos” ocupan espacios en su interior:
• ¿El orgullo?
• ¿El control?
• ¿La crítica constante?
• ¿Los miedos que paralizan?
Ahí, insistió, es donde Cristo aún no reina, y donde su presencia puede transformar la vida.
Inicio del Adviento: tiempo de vigilancia, confianza y esperanza
Al cerrar su homilía, el sacerdote invitó a la comunidad a prepararse para el tiempo de Adviento, un periodo que definió como una oportunidad para “abrir el corazón” y dejar que Cristo ilumine decisiones, vínculos y miradas.
“Que nuestro último grito en la tierra y nuestra primera alabanza en el cielo sea: ¡Viva Cristo Rey!”, exclamó.
El llamado final fue claro: permitir que la misericordia, el perdón y la bondad marquen la diferencia en la vida diaria, abandonando la prisa, el mal humor y la desesperación, para iniciar el nuevo año litúrgico con un espíritu renovado.





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