PRI sufre desplome histórico tras alianza con el PAN
Pérdida de votos, gubernaturas y escaños marcan un retroceso sin precedentes para el partido tricolor
México, a 19 de octubre de 2025.- El Partido Revolucionario Institucional (PRI) enfrenta uno de los momentos más difíciles de su historia reciente, tras los resultados de las elecciones presidenciales de 2024 y la consolidación de su alianza con el Partido Acción Nacional (PAN). La coalición, inicialmente conocida como “Va por México” y luego rebautizada como “Fuerza y Corazón por México”, buscaba frenar el avance de Morena, pero los resultados evidencian un retroceso significativo para el tricolor.
En las elecciones presidenciales de 2024, el PRI logró apenas 5.7 millones de votos, una caída de dos millones de sufragios respecto a 2018, cuando el partido compitió por separado. La pérdida de apoyo no se limita a la votación presidencial, sino que también se refleja en el control de los estados: de 19 gobernaturas en 2018, el PRI solo mantiene dos al cierre de 2024, en Coahuila y Durango, tras derrotas históricas en bastiones como el Estado de México.
El PAN, su aliado dentro de la coalición, también vio disminuida su fuerza electoral, pasando de casi 10 millones de votos en 2018 a 2.6 millones en 2024, mientras que el PRI no alcanzó los seis millones. Esta disminución en la votación evidencia una erosión del respaldo ciudadano a la alianza y al partido tricolor.
Los retrocesos del PRI se extienden al Congreso de la Unión, donde entre 2021 y 2024 perdió 72 escaños en la Cámara de Diputados, limitando su capacidad de influencia legislativa y política a nivel federal.
Analistas políticos coinciden en que, aunque la alianza buscaba fortalecer la oposición a Morena, el resultado ha sido un desgaste histórico para el PRI, que enfrenta ahora el desafío de reconstruir su presencia política y recuperar la confianza de los ciudadanos, tanto en las urnas como en los gobiernos locales que aún controla.
La coalición con el PAN, que parecía un movimiento estratégico, ha dejado claro que la suma de fuerzas no siempre garantiza éxito electoral, y que el PRI deberá replantear su estrategia política, enfocándose en recuperar identidad, militancia activa y cercanía con el electorado si desea revertir la tendencia descendente que ha marcado los últimos seis años.




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