Misantla honra su memoria colectiva a través del arte.
El artista urbano Jesús Naeco inmortaliza a tres personajes entrañables que marcaron la identidad de la ciudad.
Por Arquímedes González.
Misantla, Ver., a 31 de octubre de 2025.- En el corazón de Misantla, donde las tradiciones se entrelazan con la memoria viva del pueblo, el arte volvió a rendir homenaje a quienes hicieron historia con su sencillez, su oficio y su amor por la tierra, en el marco de las festividades de Todos Santos, el artista urbano Jesús Naeco presentó tres impresionantes retratos que evocan el alma de Misantla y de su gente: Don Chalino, Don Chunfo Zayas y Martín Andrade Arcos, tres figuras que, aunque ya no están físicamente, permanecen vivas en el recuerdo de generaciones enteras.
Las obras, expuestas en la explanada del parque José María Morelos y Pavón, frente al Palacio Municipal, capturan con trazo, color y sensibilidad la esencia de estos personajes que, desde su cotidianidad, dieron identidad al municipio.
Cada retrato no solo es un ejercicio artístico, sino también un acto de gratitud colectiva, un espejo donde Misantla reconoce su pasado y reafirma su sentido de comunidad.
Don Chalino, conocido como “el yerberito de Misantla”, fue uno de esos hombres que, con humildad y sabiduría popular, recorría las calles ofreciendo hierbas medicinales recolectadas en el campo, su figura, plasmada por Naeco, simboliza la conexión profunda entre el ser humano y la naturaleza, y el valor de las tradiciones curativas que aún persisten en los rincones rurales, Chalino es recordado como un hombre sencillo, trabajador y siempre dispuesto a tender la mano, cualidades que lo convirtieron en un ícono del pueblo.
A su lado, el mural dedicado a Don Chunfo Zayas, “el Nevero del Pueblo”, revive el espíritu alegre de quien llevó frescura y sonrisas a las calles de Misantla, con su carrito de nieves, Chunfo se convirtió en parte inseparable de la vida cotidiana del municipio, su carisma, su constancia y su trato afable lo hicieron merecedor del cariño de todos, hoy, su imagen representa más que un oficio: es el retrato del esfuerzo diario y de la alegría que surge del trabajo honesto.
El tercer homenaje es para Martín Andrade Arcos, un artista consumado y apasionado promotor del folklor mexicano, con su talento y amor por las raíces, supo llevar la esencia cultural de Misantla más allá de sus fronteras, convirtiéndose en embajador de la tradición y el orgullo regional, Andrade Arcos no solo fue un creador, sino un defensor de la identidad mexicana, un hombre que encontró en la danza y el arte un lenguaje universal de amor por su tierra.
Jesús Naeco, con su característico estilo urbano, logra fusionar el arte contemporáneo con el sentimiento popular. Sus trazos no solo decoran el espacio público, sino que invitan a la reflexión: ¿qué sería de un pueblo sin memoria, sin sus personajes, sin su gente? Con esta intervención, Misantla reafirma su compromiso con la cultura y con la preservación de sus valores más profundos.
El público que ha visitado la exposición ha coincidido en que estas obras son un recordatorio de lo que significa ser misanteco: la unión entre la tradición, el trabajo, la alegría y el orgullo por la tierra que los vio nacer.
Con esta muestra, Misantla convierte su parque central en un museo al aire libre, donde el arte se vuelve testigo de su historia y donde la memoria de sus personajes ilustres continúa viva, inspirando a las nuevas generaciones a valorar lo más sencillo, lo más humano, lo verdaderamente suyo.




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