Sacrificios de perros en Zacatecas: entre la necesidad y el reto de una sociedad más humana
Zacatecas, a 29 de septiembre de 2025.- En los últimos cinco años, Zacatecas ha sido escenario de una realidad que genera debate, dolor y reflexión: el sacrificio de 228 perros en tres municipios. Aunque cada caso responde a situaciones específicas —agresividad, enfermedades terminales o accidentes graves—, la cifra refleja también un vacío más profundo: la falta de centros de atención animal en la mayoría de los municipios y, sobre todo, de políticas integrales de protección y bienestar.
De acuerdo con información obtenida a través de la Plataforma Nacional de Transparencia, el 88% de los sacrificios se concentran en el Centro de Atención Canina y Felina (CACF) de Zacatecas, donde desde 2021 se han aplicado eutanasias a 201 perros. Solo Nochistlán (19 casos) y Jerez (8 casos) reportan sacrificios, mientras que Guadalupe asegura que su Unidad de Protección y Control Canino y Felino nunca ha recurrido a esta práctica.
Las cifras muestran un incremento: en Zacatecas capital, durante el primer semestre de 2025 se sacrificaron 60 animales, superando años anteriores (23 en 2021, 36 en 2022, 40 en 2023 y 42 en 2024).
Luis Aurelio Manzanares, director del CACF, explicó que las eutanasias se realizan bajo observación médica y con apego a la Norma Oficial Mexicana 033 SAG/ZOO.2014, y solo en casos donde los animales no pueden ser adoptados: perros con enfermedades infectocontagiosas, lesiones irreversibles o conductas agresivas que ponen en riesgo a las personas.
El procedimiento, que utiliza anestésicos como tiletamina, zolazepam, xilacina o ketamina, seguido de barbitúricos o embutramida, busca evitar el sufrimiento. Sin embargo, para quienes aman a los animales, cada número en la estadística representa una vida perdida, un fracaso colectivo en la tarea de garantizarles bienestar.
Solo cinco de los 58 municipios del estado cuentan con espacios de resguardo animal. Municipios con alta densidad poblacional, como Fresnillo, Ojocaliente, Pinos, Calera, Sombrerete y Valparaíso, carecen de un lugar donde atender a perros y gatos en situación de calle. Mientras tanto, en Río Grande apenas se concluyó la primera etapa de su Centro de Bienestar y Control Animal.
A pesar de las cifras de sacrificio, también hay historias de esperanza. En Zacatecas, el CACF ha logrado entregar en adopción 1,151 mascotas desde 2021. Guadalupe reporta 269 adopciones en cinco años, con un crecimiento notable en los últimos tres, mientras que Jerez suma 26. Cada animal adoptado representa una oportunidad de vida y un recordatorio de que otra salida es posible.
El tema no puede reducirse a estadísticas. Cada perro sacrificado nos confronta con una pregunta incómoda: ¿qué tanto hacemos como sociedad para prevenir que estas situaciones ocurran? La falta de campañas de esterilización masiva, la irresponsabilidad en la tenencia de mascotas y la ausencia de centros de atención en la mayoría de los municipios perpetúan el círculo.
El próximo 24 de septiembre se realizará en el Congreso del Estado el foro “Protección con corazón: Zacatecas por los animales”, una oportunidad para repensar el rumbo. Porque la protección animal no es solo un tema de leyes o protocolos: es un espejo de nuestra humanidad.
En palabras simples: la manera en que tratamos a los animales refleja quiénes somos como sociedad. Y en Zacatecas, los números nos invitan a hacer mucho más que lamentar: nos llaman a actuar con responsabilidad, empatía y compromiso colectivo.




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