Gobierno advierte a farmacéuticas: incumplimientos en la entrega de medicamentos ponen en riesgo al sector salud
El señalamiento recae principalmente sobre compañías que, pese a haber obtenido contratos millonarios, no cuentan con la experiencia ni con la capacidad de producción necesaria, según reveló Juan de Villafranca, presidente de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (AMELAF).
“Hay un adeudo muy importante, sobre todo del IMSS Bienestar heredado del INSABI, que asciende a unos 5 mil millones de pesos. Sin embargo, esto no significa que los laboratorios estén dejando de hacer su esfuerzo por surtir de medicamentos”, aclaró Villafranca.
De acuerdo con el líder empresarial, la mayoría de las empresas que recibieron contratos no son laboratorios, sino distribuidores sin trayectoria y sin capacidad real para garantizar el suministro. Esta situación ha generado retrasos, incumplimientos y desconfianza dentro del sector salud.
Villafranca explicó que en algunos casos el incumplimiento no obedece únicamente a fallas de las farmacéuticas, sino también a problemas estructurales como:
Cambios constantes en las órdenes de compra emitidas por el gobierno.
Saturación de almacenes del IMSS Bienestar, que imposibilitan recibir insumos en tiempo.
Dificultades en la producción, que afectan la disponibilidad inmediata de ciertos fármacos.
Estos tres factores combinados, dijo, explican los retrasos registrados incluso entre algunos laboratorios pertenecientes a la AMELAF.
El presidente ejecutivo de la AMELAF subrayó que la verdadera prueba para combatir el desabasto está en la logística de distribución. México debe movilizar más de 1,500 medicamentos distintos a hospitales y clínicas de todo el país, cada uno con necesidades específicas y urgentes.
“Nosotros estamos cumpliendo con entregar en los puntos que se nos señalan, pero de ahí en adelante la responsabilidad recae en Birmex y en el gobierno, para garantizar que lleguen al destino final”, precisó Villafranca.
Aunque reconoció avances en comparación con el caos de años anteriores, Villafranca admitió que el sistema de abasto aún requiere ajustes profundos. El desabasto sigue siendo un problema de salud pública, y su solución dependerá tanto de la transparencia en los contratos como de la capacidad de las instituciones para garantizar que los medicamentos lleguen a los pacientes que más los necesitan.
El mensaje del gobierno y de los laboratorios es claro: el compromiso debe ser total, pues de la eficacia en la entrega depende la vida y la salud de millones de mexicanos.
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