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Profeco alerta sobre jamones “falsos” en el mercado: podrían contener otras carnes y exceso de aditivos

México,
a 7 de julio de 2025.- El jamón, uno de los productos más consumidos en los hogares mexicanos, está bajo la lupa. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) advirtió sobre la presencia en el mercado de productos que aparentan ser jamón, pero que no cumplen con los requisitos establecidos por la norma oficial y podrían representar un riesgo para la salud.

En el más reciente Estudio de Calidad de Jamones, el Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor analizó 40 productos etiquetados como jamón o embutidos similares, detectando que 13 de ellos no cumplen con la normativa vigente, específicamente con lo establecido por la Norma Oficial Mexicana NOM-158-SCFI-2003.

Según Profeco, estos productos se comercializan con imágenes, colores y presentaciones similares al jamón tradicional, pero están fuera de los lineamientos legales, ya que podrían contener cualquier tipo de carne —pollo, pavo, cerdo— e incluso pastas cárnicas, con proporciones inciertas de proteína, grasa y fécula.

La NOM 158 establece que para que un producto se denomine legalmente “jamón de pierna”, debe contener al menos 55% de carne proveniente de la pierna trasera del cerdo (con o sin hueso), o del muslo del pavo en caso de jamones de ave. Además, se debe especificar claramente su clasificación comercial según su contenido nutrimental.

Profeco explicó que el jamón se divide en cinco categorías, siendo los de clasificación comercial y económica los más consumidos, al tener un menor precio. Estos contienen entre 10% y 12% de proteína libre de grasa, además de 10% de grasa y 10% de fécula, ingredientes que favorecen la retención de agua y abaratan el producto.

Del total de 40 productos evaluados, 21 fueron identificados como jamones comerciales, de los cuales 14 eran de pavo, cuatro de pierna, dos combinaban pavo y cerdo, y uno era mezcla de cerdo y pavo. Otros cinco correspondían a la clasificación económica. También se incluyeron 13 productos bajo distintas denominaciones de embutidos y uno con imitación vegana.

Los productos fuera de norma presentan un contenido variable de soya, fécula, azúcares, nitritos, fosfatos y sodio, lo que, además de reducir el valor nutricional, puede tener implicaciones en la salud de quienes los consumen con frecuencia.

La Procuraduría llamó a los consumidores a no dejarse engañar por la apariencia o imágenes del empaque, y recomendó leer cuidadosamente el etiquetado, donde debe especificarse la denominación exacta del producto, el origen de la carne y el porcentaje de pierna de cerdo o muslo de pavo contenido.

Este análisis forma parte de los esfuerzos de Profeco para garantizar que los consumidores accedan a alimentos seguros y de calidad. “Comprar un producto económico no debería implicar adquirir algo engañoso o potencialmente riesgoso”, señaló el organismo.

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