Reciclan al polémico Roberto Ramos Alor: de diputado a coordinador estatal del IMSS-Bienestar
Veracruz, a 2 de mayo del 2025.- En una decisión que ha encendido las alarmas de muchos ciudadanos y trabajadores del sector salud, el actual diputado local Roberto Ramos Alor ha sido designado como coordinador estatal del programa IMSS-Bienestar, en sustitución de Romana Gutiérrez Polo. El movimiento, anunciado y confirmado por la gobernadora Rocío Nahle, despierta más dudas que confianza, especialmente por el historial cuestionado del funcionario en el ámbito de la salud pública.
Ramos Alor, quien ya ocupó la titularidad de la Secretaría de Salud durante el primer tramo del gobierno de Cuitláhuac García, dejó tras de sí una gestión marcada por señalamientos de opacidad, negligencia administrativa y crisis en hospitales, justo en los momentos más críticos de la pandemia. Hoy, en una vuelta al tablero político que muchos califican de impúdica, reaparece como cabeza del programa federal de salud más ambicioso de la administración obradorista.
Para poder asumir su nuevo cargo, deberá solicitar licencia al Congreso local, dejando vacante su curul por el distrito 11 de Coatzacoalcos, la cual ocupará su suplente, Isidro Enrique Villegas García. Así, se consuma una jugada política más que técnica, que pone en manos de un operador político un programa que exige solvencia, compromiso real y credibilidad frente a la ciudadanía.
El nombramiento ha sido presentado como una decisión estratégica, pero no hay que olvidar el desgaste que dejó Ramos Alor como funcionario público: desde las denuncias por desabasto de medicamentos, hasta su desdén en momentos clave de la emergencia sanitaria. Que ahora sea designado coordinador estatal del IMSS-Bienestar, programa que busca garantizar la atención médica a sectores vulnerables, representa una contradicción brutal entre lo que se predica desde el poder y lo que se practica.
¿Acaso no hay perfiles técnicos más preparados, más comprometidos y menos desgastados políticamente? ¿O se trata, una vez más, de pagar favores con cargos públicos, sin importar los resultados?
El mensaje es claro: la salud pública en Veracruz sigue siendo un botín político y no una prioridad ciudadana. Con este nombramiento, la 4T en Veracruz corre el riesgo de darle la espalda a los miles de usuarios que esperan atención médica digna, no gestos de reciclaje político. Y mientras tanto, la esperanza de una transformación real en los servicios de salud se diluye en los pasillos del oportunismo partidista.




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