Productores de mezcal en Oaxaca alzan la voz contra la biopiratería y el olvido gubernamental
Oaxaca de Juárez, a 29 de mayo del 2025.- En un acto cargado de simbolismo y dignidad, un grupo de productores artesanales de mezcal realizó este miércoles un ritual ancestral frente al Palacio de Gobierno del estado de Oaxaca. Con copal, rezos y ofrendas, buscaron “atraer buenas vibras” para el futuro del sector, pero también enviaron un mensaje claro: el mezcal está en crisis, y el gobierno no puede seguir mirando hacia otro lado.
Los productores, encabezados por el maestro mezcalero Luis Arellanes Cruz de Santa Catarina Minas, entregaron un pliego de demandas al gobernador Salomón Jara Cruz, donde expusieron los múltiples desafíos que enfrenta esta bebida emblemática de Oaxaca: desde la biopiratería y la producción irregular, hasta la expansión indiscriminada de la denominación de origen que, paradójicamente, los deja más desprotegidos que nunca.
Arellanes Cruz fue contundente: “Nos están robando la esencia del mezcal. Hoy se produce de manera irregular, con mezclas que alteran los sabores tradicionales. Y lo peor es que hay países que están sembrando nuestras semillas: Australia, Alemania, India y Estados Unidos ya producen mezcal con agave originario de Oaxaca. Eso es biopiratería, y está destruyendo nuestras raíces”.
La denuncia no es menor. El agave, símbolo sagrado para muchas comunidades indígenas y base de uno de los productos mexicanos con mayor proyección internacional, está siendo exportado sin control ni regulación. La semilla oaxaqueña, cultivada durante generaciones, es ahora un botín en el mercado global.
Otro punto crítico en el pliego es la expansión de la denominación de origen del mezcal. Lo que alguna vez fue una herramienta de protección para los productores, hoy se ha vuelto en su contra. “Esa expansión beneficia a grandes empresas y productores industriales, mientras los artesanos quedamos fuera. No tenemos los medios para cumplir con los requisitos que nos imponen, pero sí cargamos con las consecuencias de un sistema que nos invisibiliza”, expresaron los manifestantes.
Además de la biopiratería, la escasez de agua y la falta de viveros adecuados para la reproducción de agave fueron señalados como obstáculos que amenazan con apagar el fuego de los hornos tradicionales. “Sin agua, sin semilla y sin respeto, no hay futuro para el mezcal artesanal”, afirmaron los productores.
Por ello, el pliego entregado al gobernador Jara Cruz solicita atención urgente del gobierno estatal: apoyo técnico, protección legal frente a la biopiratería, inversión en infraestructura sostenible, y sobre todo, un reconocimiento real —no solo discursivo— al valor cultural y económico del mezcal tradicional.
El sentimiento compartido entre los productores es uno de abandono. “Como artesanos, sentimos que nuestro trabajo no ha sido respetado. Llevamos generaciones cuidando esta bebida sagrada, pero nos tratan como si fuéramos obstáculos para el desarrollo, cuando en realidad somos su alma”, lamentó uno de los representantes.
El mezcal, más que una bebida, es una herencia viva que respira en los palenques, en las manos callosas de quienes cortan el maguey y en los rituales que bendicen la tierra antes de cada cosecha. Hoy, esa herencia está en riesgo.
Mientras los reflectores del mercado global se deslumbran con el boom del mezcal, sus verdaderos guardianes siguen luchando desde la raíz para que no se olvide que el mezcal no se hace, se cultiva con historia, identidad y respeto.
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