La violencia contra los periodistas en México: Un reflejo de la creciente inseguridad
México, a 16 de diciembre del 2024.- México sigue siendo uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo en América Latina y el mundo. Según el último informe de Reporteros Sin Fronteras (RSF), cinco periodistas fueron asesinados en el país en lo que va de 2024, lo que representa una víctima más que el año pasado. Este trágico dato sitúa a México en el tercer lugar del ranking mundial de muertes de periodistas, empatado con Bangladesh, y solo superado por los territorios palestinos y Pakistán. A pesar de este descenso relativo, México sigue siendo el país de América Latina con el mayor número de homicidios de profesionales de la información.
En los últimos cinco años, México ha registrado la muerte de 37 periodistas, una cifra alarmante que, aunque inferior a la de Palestina, destaca la grave crisis de violencia y la impunidad que persiste en el país. En 2024, el crimen organizado fue el principal responsable de estos homicidios, con víctimas como Alejandro Martínez Noguez, quien fue asesinado en su vehículo de protección, y otros periodistas como Mauricio Cruz Solís, Roberto Carlos Figueroa, Víctor Alfonso Culebro y Víctor Manuel Jiménez, todos ellos fallecidos entre abril y octubre de este año.
Esta situación pone en evidencia las fallas en el sistema de protección a los periodistas, que, aunque beneficia a alrededor de 650 comunicadores a través de un mecanismo estatal, ha demostrado ser insuficiente para frenar los ataques. La vulnerabilidad de los periodistas, incluso aquellos bajo protección, resalta la fragilidad de las medidas existentes, como se evidenció en el caso de Martínez Noguez, asesinado a pesar de contar con escolta.
Además, la retórica violenta y estigmatizante que algunos políticos han utilizado, como la expresada por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, también ha contribuido a la normalización de la violencia contra los periodistas. Aunque su sucesora, Claudia Sheinbaum, había prometido durante su campaña tomar medidas para combatir la impunidad, la situación sigue siendo crítica.
La violencia también afecta gravemente a la libertad de prensa y a la capacidad de los periodistas para realizar su labor sin temor a represalias. México concentra el 30% de las desapariciones de periodistas en todo el mundo, y 30 de los 39 desaparecidos en América Latina en los últimos años han sido mexicanos. Este panorama, junto con las continuas amenazas y el riesgo de extorsión por parte del crimen organizado, hace de México uno de los países más peligrosos para los informadores.
La problemática no se limita a México. En Colombia, el asesinato de los periodistas Mardonio Mejía Mendoza y Jaime Vásquez, y en Honduras, el de Luis Alonso Teruel, subrayan la grave crisis de violencia contra la prensa en América Latina. En total, ocho periodistas fueron asesinados en la región en 2024, una cifra que, aunque menor que los 26 casos registrados en 2022, sigue mostrando que la violencia contra los comunicadores sigue siendo un problema estructural en el continente.
Reporteros Sin Fronteras ha instado a las autoridades a fortalecer los mecanismos de protección y a adoptar medidas para garantizar la seguridad de los periodistas. La organización también ha señalado que el gobierno mexicano debe asumir la responsabilidad de la creciente impunidad que rodea estos crímenes. La violencia contra los periodistas en México no solo es un problema de seguridad, sino también una amenaza directa a la democracia y al derecho de la sociedad a estar informada.
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