Fervor y tradición guadalupana en Misantla: el fervor por la Morenita de Tepeyac
Misantla, Ver., a 12 de diciembre del 2024.- En el corazón de Misantla, la fe y la tradición se entrelazaron una vez más en una jornada marcada por el fervor guadalupano. En el marco del misterio de Guadalupe, cientos de misantecos se congregaron para rendir homenaje a la Virgen de Guadalupe, la Morenita de Tepeyac, en una celebración que destacó por su emotividad y profundo simbolismo religioso.
La jornada inició con la llegada de los antorchistas guadalupanos, quienes, portando el fuego guadalupano, recorrieron las principales calles de la ciudad. Su arribo fue acompañado por aplausos y muestras de devoción por parte de los fieles que se agolparon a su paso. Los grupos de ciclistas, en un gesto de sacrificio y fe, transportaron el fuego sagrado desde puntos cercanos, culminando su recorrido en la parroquia central de Nuestra Señora de la Asunción.
El trayecto, lleno de desafíos, simbolizó el esfuerzo y la entrega que los guadalupanos ofrecen en honor a la Virgen. Las antorchas, que representan la luz de la fe y la esperanza, fueron recibidas con júbilo por la comunidad misanteca, marcando el inicio de una de las celebraciones más esperadas del año.
El punto culminante de la celebración fue la misa central, oficiada por el cura Joaquín Sánchez García en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. La ceremonia, cargada de solemnidad, reunió a familias completas, jóvenes, adultos mayores y niños, quienes acudieron vestidos con trajes típicos para rendir tributo a la Virgen de Guadalupe.
Durante su homilía, el sacerdote destacó la importancia de mantener viva la tradición guadalupana, no solo como una expresión de fe, sino también como un símbolo de identidad cultural para los mexicanos. Invitó a los presentes a reflexionar sobre el mensaje de unidad y amor que la Virgen representa, alentándolos a vivirlo en su vida cotidiana.
Al término de la misa, uno de los momentos más emotivos fue la bendición de los niños vestidos de "inditos", quienes, ataviados con trajes que evocan las apariciones de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego, llenaron el recinto de ternura y esperanza. Los pequeños, acompañados por sus padres, recibieron la bendición del sacerdote, consolidando una tradición que ha perdurado a lo largo de generaciones.
Para muchas familias, este acto no solo representa un compromiso espiritual, sino también una manera de transmitir a las nuevas generaciones el legado cultural y religioso que identifica a Misantla y al país entero.
La celebración guadalupana en Misantla es más que una festividad religiosa; es un reflejo de la identidad colectiva de un pueblo que, año tras año, renueva su devoción a la Virgen de Guadalupe. Las calles llenas de fieles, las antorchas iluminando la noche y la emotiva ceremonia en la parroquia central son testimonio del profundo arraigo de esta tradición.
En un mundo que enfrenta constantes desafíos, la celebración guadalupana en Misantla se alza como un recordatorio de la fuerza de la fe y la importancia de preservar las tradiciones que unen a las comunidades. Con cada antorcha encendida y cada oración elevada al cielo, los misantecos reafirman su compromiso con la Morenita de Tepeyac, manteniendo viva una devoción que trasciende el tiempo y las generaciones.
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