Profepa clausura temporalmente la estatua de Poseidón en Puerto de Progreso, Yucatán

Yucatán, a 12 de julio del 2024.- La estatua de Poseidón, ubicada en el Puerto de Progreso, volvió a ser tendencia en redes sociales. Esta vez, no por los habituales debates sobre inundaciones o llamados a su destrucción, sino por haber sido clausurada temporalmente por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).

La clausura cumplió, aunque sea de manera temporal, el deseo de muchos yucatecos que habían solicitado la retirada de la estatua, a la cual atribuían las recientes inundaciones y lluvias en la región. Según distintas versiones difundidas en redes sociales, la estatua de Poseidón provocó la ira de Chaac, el dios maya de la lluvia, al considerar que su homólogo griego había invadido su territorio.

Desde su instalación, la figura de Poseidón ha sido objeto de controversias y supersticiones locales. Algunos residentes del puerto creen firmemente que la estatua es la responsable de los fenómenos meteorológicos adversos que han afectado a la zona. Esta creencia se ha visto reforzada por la reciente acción de Profepa, que, aunque fundamentada en motivos legales y ambientales, ha sido interpretada por algunos como una señal de que las quejas de los residentes tienen fundamento.

En las redes sociales, las reacciones no se hicieron esperar. Muchos usuarios celebraron la clausura de la estatua, compartiendo memes y comentarios que mezclaban humor y alivio. Sin embargo, otros criticaron la medida, argumentando que las creencias supersticiosas no deberían influir en decisiones oficiales.

La Profepa no ha emitido un comunicado detallado sobre los motivos específicos de la clausura, pero se espera que en los próximos días se ofrezcan más detalles. Mientras tanto, la estatua de Poseidón, que ha sido tanto un punto turístico como un foco de polémicas, permanecerá cerrada al público, al menos hasta que se resuelva su situación legal.

Esta clausura temporal añade un nuevo capítulo a la historia de la estatua de Poseidón en Progreso, Yucatán, un símbolo que ha generado más que simples debates estéticos, tocando fibras culturales y supersticiones profundas entre la población local.