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jueves, 19 de mayo de 2022

La devoción en el judaísmo; consejos para cultivar nuestra espiritualidad

Por Aranza Gleason / Enlace Judío
Israel, a 19 de mayo del 2022.- La devoción es uno de los temas más incomprendidos en el mundo y aun así uno de los más importantes para los practicantes de cualquier religión.

 Al mismo tiempo es uno de los que más rechazo causa a quien no es devoto de ninguna fe, la razón de esto es que asocia con ciertas perversiones emocionales, o conceptos nocivos que a veces las doctrinas promueven, como una culpa innecesaria o un sacrificio forzado socialmente y no escogido. 

Sin embargo, la devoción realmente no tendría porque tener esos significados nocivos que socialmente le hemos adjudicado, porque en esencia la devoción representa el trabajo espiritual que realizamos diariamente y la relación que cultivamos con aquel Ser que consideramos superior a nosotros, ya sea que le llamemos D-os, Brahama o Universo. 

En cualquiera de los casos debería ser un acto sumamente personal de amor y encuentro. Las siguientes ideas son tomadas de la filosofía judía y hablan sobre la devoción, y ciertas pautas de cómo construir una relación sana con D-os. Me han traído mucha felicidad a mi vida y son una muestra de la pluralidad del pensamiento judío. Esperamos les gusten.

La relación con D-os debe traer felicidad a nuestra vida.
Una de las ideas que más me gustan sobre la devoción es que uno no puede percibir la ¨Presencia Divina a través de la tristeza. Esto lo aprendemos con los comentaristas y con libros de Musar que nos lo explican, especialmente se basan en los pasajes que Jacobo escucha de la muerte de Yosef y pierde la profecía a raíz de su tristeza. Lo que me parece hermoso de esta idea es la forma en que es tratado por los comentaristas y filósofos judíos: nos dicen que parte de la devoción es la alegría. Es decir la relación con D-os debe traer felicidad y alegría a nuestras vidas, si no está trayendo alegría, si no genera felicidad, no es con D-os que nos estamos relacionando, no estamos llevando a cabo las mitzvot correctamente y no estamos escuchando las enseñanzas que la Torá trasmite. En realidad en sí no estamos teniendo una relación, probablemente nos estamos anulando.

Conocemos a D-os a través del mundo creado.
La realidad más tangible que tenemos como seres humanos es la materia, al ser seres conformados por moléculas y átomos todo lo que conocemos o pensamos tiene un carácter material, si no lo tuviera no seríamos capaces de percibirlo. El acceso que tenemos a D-os es a través del mundo creado y por lo tanto nuestra relación con D-os no puede estar separada de la realidad que nos rodea; amar a D-os y cultivar una relación con D-os implica también conocer el mundo y celebrar su existencia, celebrar nuestra existencia en él. Es decir la devoción debería ayudarnos a disfrutar del mundo y la realidad material, no llevarnos a pelearnos con ella.

D-os se encuentra en el hombre
Hay dos afirmaciones en la Torá que son sumamente importantes las dos son sobre la creación del hombre. La primera nos dice que (Adam), el hombre, fue creado “Tzelem Elokim” a imagen de D-os; la segunda que el hombre al ser creado D-os sopló un aliento de vida sobre él. Las dos se refieren a la sacralidad del hombre en el mundo; señalan al hombre como reflejo de D-os, es decir como imagen de la divinidad. Me parece hermoso porque nos enseñan a buscar a D-os en nosotros y en las relaciones que establecemos. La perspectiva judía del trabajo espiritual (la devoción) señala continuamente la importancia de refinar nuestro carácter, de atender nuestras relaciones interpersonales, poner mucha atención en los sentimientos, las acciones y las formas en que nos relacionamos con el prójimo. Porque D-os se encuentra en ambas.

“Tzelem Elokim” se refiere a que el hombre tiene en sí la esencia de D-os, generalmente se usa para hablar de que todos los hombres tienen valor sólo por ser seres humanos y uno está obligado a respetar esa condición; uno está obligado a dominar sus pasiones para darle lugar al prójimo. La segunda, el aliento de D-os que es soplado para dar vida al hombre generalmente se lee como que tenemos parte de D-os dentro de nosotros, por lo cual conocemos a D-os viviendo. La devoción implica cultivar una relación con nosotros, desarrollar nuestra personalidad, conocernos, aceptarnos, vivir.

La relación con D-os es por necesidad particular e individual
Una de las cosas que me encantan de la dinámica que existe al aceptar la Torá tanto Escrita como Oral es que se da apertura a la interpretación y la discusión. Siempre ha habido mucha libertad de exploración filosófica en el judaísmo, una de las razones por las que la interpretación de los textos toraicos ha sido tan plural a lo largo de la historia es por la libertad que se da: se asume que la Torá fue revelada para cada uno de nosotros y como tal trae enseñanzas para nuestra vida. Se acepta el carácter individual y particular de la interpretación, lo que uno aprende del texto ocurre dentro del marco de su vida y a través de sus propios lentes. De la misma forma se fomenta una relación individual con D-os, una espiritualidad que surja desde uno mismo.

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