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sábado, 1 de agosto de 2020

Desconocido arroja bomba y calcina imagen que veneró Juan Pablo II en Catedral de Managua

EFE
Nicaragua, a 1 de agosto del 2020.- El arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, calificó como “acto terrorista” el incendio declarado este viernes en una capilla de la Catedral Metropolitana de la capital nicaragüense, que calcinó una histórica imagen de la Sangre de Cristo, en el país de mayoría católica.

“Así lo quiero decir, claramente, es un acto terrorista para amedrentar a la Iglesia en su misión evangelizadora”, dijo Brenes, quien en julio de 2018 denunció que la Iglesia Católica es perseguida por el Gobierno del presidente Daniel Ortega.

El incendio ocurrió este viernes, cuando un desconocido lanzó una bomba en el interior de la Capilla de la Sangre de Cristo, en medio de una ola de profanaciones contra templos católicos desde que el clero anunció la suspensión de la fiesta popular más grande de Nicaragua, en honor de Santo Domingo de Guzmán, a causa de la pandemia, cuando algunas instituciones del Gobierno ya la daban por hecho.

En una conferencia de prensa improvisada en el patio de la catedral, el cardenal nicaragüense afirmó que existen indicios de que el incendio de uno de los patrimonios más preciados de los católicos nicaragüenses “fue planificado con mucha calma”.

Brenes conectó el incendio con otro evento ocurrido el pasado día 20, en el que un hombre en una camioneta destruyó los portones de la catedral, y con el robo de una verja, que sirvió como vía de escape para el causante del fuego.

“Calculó todo, dónde entrar, cómo hacerlo y luego por dónde escapar. Esto verdaderamente estaba planificado”, afirmó.

Por su parte, la esposa de Ortega, la vicepresidenta Rosario Murillo, afirmó que el incendio fue producto de un accidente causado por los fieles.

“Se dio ese incendio, se combustionó, se quemó la estructura de aluminio, las cortinas de tela, y las flores que la adornaban.

Existencia de veladoras encendidas en el entorno de la Sangre de Cristo se comprobó. Son las veladoras que encienden los feligreses, que buscamos siempre cómo pagar promesas a nuestros Santos”, dijo Murillo.

La versión oficial fue desmentida por Brenes, quien afirmó que hace más de 20 años él mismo recomendó que dicha imagen, que lleva 382 años en Nicaragua y ante la que San Juan Pablo II se arrodilló y oró en su visita al país en 1996, estuviera fuera de peligro de incendios por su importancia histórica y religiosa.

“Ahí no hay ninguna vela, ni tampoco tenemos cortinas, o sea que no podemos pensar que el incendio, entre comillas, puede ser producto de una veladora que se cae. Esto fue un acto de terrorismo incendiario de una bomba de gran poder”, resaltó el cardenal.

La Policía Nacional emitió una nota de prensa sobre el incendio, en la que contradijo la versión de las velas de Murillo, y la del atentado de Brenes.

“No se detectaron residuos de pólvora artesanal, sustancias explosivas de origen industrial, ni acelerante tipo hidrocarburo, en muestras de material combustionado. Se descartó ocurrencia de cortocircuito o recalentamiento del sistema eléctrico, como fuente de inicio del fuego. En el lugar del hecho se encontró atomizador plástico con alcohol”, detalló la Policía.

En una fotografía compartida por las autoridades policiales, se observa el atomizador supuestamente encontrado en el lugar, que no aparece calcinado, como el resto de objetos dentro de la capilla.

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