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Quienes requieren apoyo son las monjitas

Misantla, Ver., a 28 de mayo del 2020.- Son 19 hermanas religiosas de la orden de monjas Adoratrices Perpetuas del Santísimo Sacramento, del monasterio San José, de esta Ciudad de Misantla, las que están atravesando la difícil situación que, como la comunidad exterior, dedicadas a la oración y trabajo para su sostenimiento, están en una crisis que esperan protón la vida norma llegue.

El monasterio su ubicó en el domicilio de las Calles Rojas con Pino Suarez, donde se aposentaron las monjas, que en un principio comenzaron dar clases fundando así el colegio “La Paz”, al siguiente año de la fundación ingresaron las postulantes Sor María Lara Lagunés y Sor María Asunción Aguirre Mata. Para El año de 1950 ingresaron, Sor María Luz Rodríguez y Sor Ana María Levet Álvarez, en 1957 fue cuando se adquirió un terreno para edificar el actual monasterio y colegio ubicado en calle Melchor Ocampo 123. 

LA comunidad monástica, no tiene un ingreso extra, es decir, el fruto del trabajo de las monjitas es que sostiene a las religiosas, así como a los diversos pagos de servicios como es la energía eléctrica, agua, teléfono, medico y medicinas, nadie les da un subsidio, es por esto que se dedican a la elaboración de pan artesanal, pasteles, panques, así mismo cuentan con venta de artículos religioso, libros, y ropa religiosa. 

A dos meses de que se inicio la cuarentena, sus ventas se redijeron por mas de un 80% en sus ventas que tiene, la situación para las hermanas religiosas es crítica, pese a ello se constata que personas altruistas y de fe, acuden a apoyarles con algún tipo de ayuda para que las religiosas puedan medio irla s pasando. 

En épocas normales, las monjitas dan catecismo católico, forman a jóvenes y niños en los sacramentos religiosos, preparan a padres y padrinos para ritos de los mismos, aconsejan a las futuras quinceañeras, esto por la parte religiosa. 

En su momento, el obispo de Papantla, monseñor don José Trinidad Zapata Ortiz, expuso que, “de ellas es una consagración especial, pero es un llamado de atención para que tratemos de consagrarle nuestra vida a Dios”. 

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