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domingo, 6 de octubre de 2019

Mensaje en el XX Aniversario de los desastres naturales que afectaron a la Diócesis de Papantla

“La voz del Señor sobre las aguas” (cfr. Sal 29, 3)
Saludo a todos los habitantes de la Diócesis de Papantla que recuerdan en estos días las pérdidas materiales y humanas por las fuertes y constantes lluvias del año 1999.

Hace ya veinte años que los habitantes de nuestra querida diócesis de Papantla que comprende municipios del Estado de Veracruz y Puebla sufrieron el embate de la naturaleza por el fenómeno excepcional de lluvias que, a su paso dejó una estela de afectaciones y muerte. En este año, al contrario, estamos sufriendo la falta de una lluvia en buena parte de nuestro territorio diocesano. Uno se puede preguntar si es por culpa nuestra o nada tiene que ver con lo que nosotros hacemos o dejamos de hacer. En el libro del profeta Ageo se dice que el pueblo sufría una gran sequía debido a que se habían olvidado de Dios y sólo pensaban en sus casas, pero una vez que edificaron el templo del Señor vino nuevamente la lluvia.

Jesús en el evangelio afirma que los que murieron en el templo por la matanza de Pilatos o los 18 hombres que murieron aplastados por la torre de Siloé no eran más pecadores que los demás, pero a reglón seguido dice: “Si ustedes no se arrepienten perecerán de manera semejante” (Lc 13, 1-5). Esto indica que, independientemente de nuestra responsabilidad estamos llamados a arrepentirnos. Ciertamente, ante la fuerza de la naturaleza, somos muy débiles y como no somos adivinos ni sabemos el día ni la hora ni el lugar de los desastres naturales, por tanto, hay que estar preparados para salir al encuentro del Señor.

En estos últimos años se ha venido hablando mucho del calentamiento global o cambio climático y se discute hasta qué punto la humanidad tiene un grado de responsabilidad en estos cambios que estamos padeciendo. El Papa Francisco nos ha invitado con su carta encíclica “Laudato si” a que cuidemos la casa común. En el libro del Génesis se nos dice que Dios puso al hombre en el Edén para que lo cultivara y cuidara (cfr. 2, 15), lo cual significa que tenemos parte de responsabilidad en la obra de la creación.

Elevemos hoy una plegaria a Dios por aquellos que recodamos con gran cariño y murieron hace veinte años para que Dios los tenga en su gloria y también por todos aquellos que se mostraron solidarios para ayudar a los afectados, oremos también por los que nos toca vivir actualmente para que hagamos el bien a nuestros hermanos necesitados, tomemos más conciencia de la protección civil, así como de la organización y colaboración de la Iglesia y la Sociedad civil para cuidarnos y cuidar la casa común que es la creación.

Sin otro particular, pido a Dios que, por intercesión de san Francisco de Asís, el hermano de la humanidad y de la creación, el Señor nos conceda asumir nuestra responsabilidad en la obra de la creación, en la solidaridad con nuestros hermanos y en nuestra propia salvación.

+ Mons. José Trinidad Zapata Ortiz.
VIII Obispo de Papantla.

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