Palabras del Papa Francisco en la iglesia ortodoxa de San Jorge
ESTAMBUL, 29 Nov. 14 / 11:29 am (ACI).- Estas son las palabras que el Papa Francisco ha dirigido al Patriarca Bartolomé en la Iglesia ortodoxa de San Jorge durante la oración ecuménica vespertina de este sábado 29 de noviembre:
Santidad, querido Hermano
El atardecer trae siempre un doble sentimiento, el de gratitud por el dÃa vivido y el de la ansiada confianza ante el caer de la noche.
Esta tarde mi corazón está colmado de gratitud a Dios, que me ha concedido estar aquà para rezar junto con Su Santidad y con esta Iglesia hermana, al término de una intensa jornada de visita apostólica; y, al mismo tiempo, mi corazón está a la espera del dÃa que litúrgicamente hemos comenzado: la fiesta de San Andrés Apóstol, que es el Patrono de esta Iglesia.
En esta oración vespertina, a través de las palabras del profeta ZacarÃas, el Señor nos ha dado una vez más el fundamento que está a la base de nuestro avanzar entre un hoy y un mañana, la roca firme sobre la que podemos mover juntos nuestros pasos con alegrÃa y esperanza; este fundamento rocoso es la promesa del Señor: «Aquà estoy yo para salvar a mi pueblo de Oriente a Occidente... en fidelidad y justicia» (8,7.8).
SÃ, venerado y querido Hermano Bartolomé, mientras expreso mi sentido «gracias» por su acogida fraterna, siento que nuestra alegrÃa es más grande porque la fuente está más allá; no está en nosotros, no en nuestro compromiso y en nuestros esfuerzos, que también deben hacerse, sino en la común confianza en la fidelidad de Dios, que pone el fundamento para la reconstrucción de su templo que es la Iglesia (cf. Za 8,9).
«¡He aquà la semilla de la paz!» (Za 8,12); ¡he aquà la semilla de la alegrÃa! Esa paz y esa alegrÃa que el mundo no puede dar, pero que el Señor Jesús ha prometido a sus discÃpulos, y se la ha entregado como Resucitado, en el poder del EspÃritu Santo.
Andrés y Pedro han escuchado esta promesa, han recibido este don. Eran hermanos de sangre, pero el encuentro con Cristo los ha transformado en hermanos en la fe y en la caridad. Y en esta tarde gozosa, en esta vigilia de oración, quisiera decir sobre todo: hermanos en la esperanza.
Qué gracia, Santidad, poder ser hermanos en la esperanza del Señor Resucitado. Qué gracia – y qué responsabilidad – poder caminar juntos en esta esperanza, sostenidos por la intercesión de los santos hermanos, los Apóstoles Andrés y Pedro. Y saber que esta esperanza común no defrauda, porque no se funda en nosotros y nuestras pobres fuerzas, sino en la fidelidad de Dios.
Con esta esperanza gozosa, llena de gratitud y anhelante espera, expreso a Vuestra Santidad, a todos los presentes y a la Iglesia de Constantinopla mis mejores deseos, cordiales y fraternos, en la fiesta del santo Patrón.
Fuente:www.aciprensa.com
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