Michoacán busca policías auxiliares con salario por debajo del estándar nacional
Convocatoria ofrece 11,500 pesos mensuales pese a recomendación federal de 18,057
Michoacan, a 19 de noviembre de 2025.- El gobierno de Michoacán lanzó una convocatoria para reclutar policías auxiliares con un sueldo de 11 mil 500 pesos mensuales, cifra inferior al salario recomendado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y la Conasami. La oferta se publica en un contexto de violencia sostenida y del despliegue federal de más de 10 mil elementos para reforzar la seguridad en la entidad.
Una convocatoria polémica: salario insuficiente y requisitos básicos
La Policía Auxiliar de Michoacán publicó en el portal oficial de empleo una vacante abierta hasta el 24 de noviembre, con un salario neto mensual de 11,500 pesos y sin necesidad de experiencia previa.
El anuncio solicita tolerancia a la presión, capacidad de trabajo en equipo y disponibilidad para un turno de 24 horas por 24 de descanso.
Entre los requisitos destacan:
· Edad de 19 a 50 años
· Secundaria concluida
· Cartilla liberada (en el caso de hombres)
· Disponibilidad total de horario
La corporación permite la participación de exmilitares —siempre que estén dados de baja—, pero excluye a expolicías municipales para “evitar vicios y corrupción”, según informó vía correo electrónico.
El contexto salarial: Michoacán entre los peor pagados del país
Mientras la convocatoria plantea sueldos por debajo del mínimo recomendado, el SESNSP y la Conasami estimaron desde inicios de año que un policía debe percibir al menos 18,057 pesos para garantizar una vida digna.
Michoacán aparece, junto con Chiapas, Guanajuato y Tabasco, entre los estados que peor remuneran a sus fuerzas de seguridad, con salarios que oscilan entre 10,845 y 13,154 pesos, muy lejos de entidades como Estado de México, Baja California o Nuevo León, donde los ingresos superan los 27 mil pesos.
Funciones clave: seguridad patrimonial y protección de personas
La Policía Auxiliar no solo apoya a instituciones y empresas, sino que desempeña tareas de seguridad patrimonial, institucional y de escolta.
Estas labores estratégicas contrastan con la remuneración ofrecida, abriendo la discusión sobre la profesionalización y el valor asignado al trabajo policial.
Una entidad bajo presión: asesinatos, despliegues y fragilidad institucional
La convocatoria surge en un momento crítico para Michoacán, marcado por crímenes de alto impacto como el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, el 1 de noviembre, y el de Bernardo Bravo, líder de productores de limón, el 25 de octubre.
Este escenario motivó al Gobierno de México a implementar un plan especial que contempla el despliegue de 10,506 elementos de seguridad, incluidos Guardia Nacional, Ejército y Fuerza Aérea; de ellos, 4,386 son elementos locales.
Las zonas prioritarias incluyen Morelia, Uruapan, Apatzingán, Zamora y Pátzcuaro, además de municipios fronterizos con Jalisco, Guanajuato, Guerrero, Colima y Estado de México.
Interpretación: entre la urgencia y la precariedad
Especialistas consideran que el fortalecimiento de la policía estatal será determinante para el éxito del Plan Michoacán.
El académico Arturo Dávila, experto en seguridad, subraya que la mayoría de las policías estatales —incluida la michoacana— arrastra un historial de abandono institucional, falta de equipamiento, escasa infraestructura y sueldos que no corresponden al nivel de riesgo.
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, ha insistido en que se trabajará en equipamiento, capacitación y operación directa para que cada elemento “sirva con honor y eficacia al pueblo de Michoacán”.
Pero la realidad salarial de la convocatoria abre dudas sobre la posibilidad de consolidar esa visión.
El registro para aspirantes permanece abierto hasta el 24 de noviembre en el portal oficial de empleo.
La contratación, el salario reducido y el contexto violento del estado reavivan la discusión sobre la dignificación policial en México, especialmente en regiones donde la seguridad depende, en buena medida, de corporaciones con bajos niveles de profesionalización y altos niveles de riesgo.
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