Brotes de sarampión y tuberculosis dejan 56 muertos en la Sierra Tarahumara: comunidades indígenas enfrentan una emergencia sanitaria
La falta de vacunación, la movilidad constante y la atención tardía están agravando la crisis en 17 municipios serranos.
Chihuahua, a 14 de noviembre de 2025.- En la Sierra Tarahumara se han registrado 582 casos de sarampión y 147 de tuberculosis en lo que va del año, dejando un saldo de 56 fallecidos, principalmente dentro de la comunidad indígena rarámuri. El aumento de contagios ha despertado preocupación entre autoridades municipales, estatales y de salud, que reconocen la falta de recursos, medicinas y vacunación como factores críticos de la emergencia. Mientras las causas se analizan, la realidad en la montaña se agrava: niños y adultos continúan enfermando en zonas aisladas donde el acceso médico es limitado.
Una emergencia que se extiende por la Sierra Tarahumara
El repunte de enfermedades prevenibles por vacunación ha encendido las alertas en Chihuahua. Entre el 1 de enero y el 12 de noviembre se registraron 582 contagios de sarampión y 147 de tuberculosis en 17 municipios serranos.
La dimensión del problema no solo radica en las cifras —que ya son preocupantes— sino en la vulnerabilidad de quienes están enfermando: familias rarámuris que viven en comunidades de difícil acceso, con poca infraestructura médica y alta dispersión geográfica.
Los 56 fallecimientos —21 por sarampión y 35 por tuberculosis— representan un foco rojo en materia de salud pública. Del total de muertes por sarampión, 17 fueron personas rarámuris, mientras que al menos 10 de las víctimas de tuberculosis eran menores de edad, pertenecientes a la misma comunidad.
Voces desde el territorio: preocupación, reclamos y llamados urgentes
La situación ha obligado a autoridades municipales a buscar la colaboración directa con gobernadores indígenas.
José Yáñez Ronquillo, alcalde de Guachochi —municipio que junto con Bocoyna concentra cerca del 60% de los fallecimientos por tuberculosis— sostuvo reuniones con líderes comunitarios para coordinar rutas de atención y vigilancia sanitaria. Destacó que ellos son el enlace más eficaz para llegar a las rancherías donde la enfermedad se propaga sin ser detectada a tiempo.
En el ámbito estatal, la presión aumenta.
El presidente del Congreso de Chihuahua, Guillermo Ramírez, lamentó la muerte de niños por enfermedades que deberían prevenirse con vacunas y reclamó la insuficiencia de recursos federales.
“No tenemos suficientes medicinas; necesitamos apoyo de la Federación para intensificar la atención médica”, señaló el legislador.
Tuberculosis: una enfermedad agravada por la movilidad y el abandono del tratamiento
El coordinador estatal del Programa de Micobacteriosis, Enrique Reyes, explicó que la tuberculosis entre la población indígena tiene características particulares que la vuelven más letal.
Entre las causas principales mencionó:
Atención médica tardía, pues los síntomas se normalizan o se acude primero a prácticas tradicionales.
Movilidad temporal, ya que muchos rarámuris viajan a los campos agrícolas de Cuauhtémoc, Delicias, Camargo y Casas Grandes, lo que complica dar seguimiento al tratamiento.
Interrupción de medicamentos, pues al desplazarse o consumir alcohol, muchos pacientes dejan de tomar sus fármacos antes de cumplir los seis meses obligatorios.
Estas condiciones incrementan el riesgo de recaídas y, en casos graves, de fallecimientos.
Sarampión: brote impulsado por la falta de vacunación
A diferencia de la tuberculosis, el sarampión tiene un origen claro: no vacunación.
Las comunidades indígenas presentan bajos niveles de inoculación debido a la dispersión geográfica, la falta de brigadas de salud constantes y, en algunas zonas, desconfianza hacia los servicios médicos.
Las complicaciones graves incluyen:
Desnutrición agravada por la enfermedad
La mayoría de las defunciones por sarampión se han dado entre niños pequeños, personas con debilidad inmunológica y habitantes en pobreza extrema.
Contexto nacional: Chihuahua encabeza la estadística del país
Con más de cuatro mil casos entre ambas enfermedades a nivel estatal, Chihuahua se coloca en el primer lugar nacional en contagios de sarampión y tuberculosis.
La Secretaría de Salud del Estado ha intensificado brigadas de vacunación, detección y acompañamiento médico, pero reconoce que la región serrana presenta retos logísticos únicos:
Distancias muy largas entre poblaciones
Climas extremos
Caminos de difícil acceso
Escasez de personal de salud
Barreras culturales y lingüísticas
La combinación de estos factores hace que cada acción tarde más en implementarse y que la propagación sea más difícil de contener.
Interpretación: una crisis histórica que expone desigualdades estructurales
El brote actual no solo evidencia una emergencia sanitaria; expone la vulnerabilidad histórica de la Sierra Tarahumara.
Sin acceso pleno a salud preventiva, sin infraestructura hospitalaria suficiente y con múltiples condiciones sociales que perpetúan el aislamiento, las comunidades indígenas quedan expuestas a padecimientos que deberían estar controlados en el resto del país.
Las autoridades enfrentan, además, un desafío cultural: reforzar las campañas de vacunación sin deslegitimar la medicina tradicional y respetando las formas de organización rarámuri.
La articulación entre ambos mundos será clave para evitar que los brotes continúen escalando en 2024 y 2025.
Una crisis que recuerda que la salud pública no puede depender del acceso geográfico: cada minuto sin atención aumenta el riesgo en una de las regiones más olvidadas del país.




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