Bernardo Arévalo denuncia intento de golpe de Estado en Guatemala: “Es hora de defender la democracia sin titubeos”

El mandatario acusa a un juez y a la fiscal general de encabezar una “alianza criminal” para revertir los resultados electorales de 2023

Guatemala, a 27 de octubre de 2025.- En un mensaje transmitido en cadena nacional, el presidente Bernardo Arévalo de León lanzó una de las advertencias más duras de su mandato: denunció un intento de golpe de Estado encabezado por un juez penal y la Fiscalía guatemalteca, ambos sancionados por Estados Unidos y la Unión Europea por actos de corrupción.

Acompañado por su gabinete y los diputados del Movimiento Semilla, Arévalo aseguró que el país enfrenta una nueva embestida de los sectores que —según dijo— “buscan hundir nuevamente a Guatemala en la corrupción y la impunidad”.

“En los últimos días, la alianza criminal atrincherada en el Ministerio Público y en ciertos espacios del sistema de Justicia ha intentado otra vez hundir a Guatemala en el autoritarismo. Es hora de defender la democracia sin titubeos”, declaró con tono firme.

El pronunciamiento presidencial ocurrió luego de que el juez penal Fredy Orellana emitiera un nuevo dictamen solicitando al Tribunal Supremo Electoral (TSE) suspender al Movimiento Semilla y anular los resultados de las elecciones de 2023, lo que implicaría dejar vacante la presidencia.

Este intento de anulación, el más reciente de varios en los últimos meses, fue calificado por Arévalo como un “ataque directo al orden constitucional”.

“Orellana actúa como un sicario que tergiversa las leyes al servicio de la fiscal general Consuelo Porras. Ambos son los rostros visibles de una conspiración que pretende destruir la democracia guatemalteca”, señaló el mandatario.

Tanto Porras como Orellana han sido sancionados internacionalmente por corrupción y abuso de poder, acusaciones que Arévalo retomó en su discurso para denunciar que ambos “han creado un contexto de terror” a través de procesos judiciales ilegítimos.

El presidente no escatimó palabras al acusar a los presuntos conspiradores de ser “enemigos de Guatemala”.

“Consuelo Porras y Fredy Orellana son enemigos de nuestro país. Son los obstáculos centrales a la lucha contra la corrupción, como lo reconoce la sociedad guatemalteca y el mundo entero”, afirmó.

El gobernante recordó además la persecución judicial contra líderes indígenas como Héctor Chaclán y Luis Pacheco, y contra el periodista José Rubén Zamora, quienes se encuentran encarcelados en lo que calificó como “una estrategia de miedo y represión” para desmovilizar la defensa de la democracia.

En su mensaje, Arévalo solicitó formalmente a la Corte de Constitucionalidad que garantice los resultados de las elecciones que lo llevaron a la presidencia, y exigió al Organismo Judicial proceder con la destitución inmediata del juez Orellana, a quien acusó de violar gravemente el orden constitucional.

“Lo que está en juego no es solo mi Gobierno, sino el futuro democrático de nuestra nación. No podemos permitir que la corrupción vuelva a secuestrar a Guatemala”, subrayó el presidente.

El mandatario también reiteró que su administración mantendrá su compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas, pilares de su discurso anticorrupción desde que fue electo en 2023 —una victoria que sorprendió a todos al lograr el triunfo pese a que las encuestas lo colocaban en la octava posición.

El escenario político en Guatemala se ha tensado desde la llegada de Arévalo al poder. La Fiscalía, dirigida por Consuelo Porras, ha intentado bloquear su gestión mediante allanamientos, demandas y dictámenes que buscan debilitar la institucionalidad electoral.

Organismos internacionales y defensores de derechos humanos han expresado preocupación por lo que consideran una “erosión sistemática de la democracia guatemalteca”.

Mientras tanto, la población observa con cautela. En las calles, el mensaje de Arévalo resonó como una advertencia y un llamado: defender la democracia en un país donde la corrupción aún intenta mantener el control.

“Este no es un momento para el miedo. Es un momento para la dignidad y la unidad del pueblo guatemalteco”, concluyó el mandatario.