Profepa y Meta refuerzan combate al tráfico de especies silvestres en redes sociales
El biólogo Fabián Ramírez Valencia, especialista en conservación de fauna silvestre en Veracruz y su zona conurbada, celebró la medida, aunque reconoció que aún persisten páginas y grupos en estas plataformas que ofrecen ejemplares de manera ilegal. “Es urgente que las autoridades competentes refuercen estas acciones. No basta con desactivar perfiles, se necesita una aplicación firme de la ley para erradicar esta práctica”, subrayó.
De acuerdo con Meta, se han eliminado cientos de perfiles, páginas, grupos y publicaciones relacionadas con la comercialización ilícita de fauna, en concordancia con sus políticas comerciales, que prohíben la venta de animales silvestres o de sus partes.
Sin embargo, activistas ambientales han advertido que todavía circulan decenas de cuentas dedicadas a esta actividad, lo que refleja los retos de vigilancia digital y de aplicación de la legislación ambiental.
La Ley General de Vida Silvestre (LGVS) en México establece sanciones que van desde multas económicas equivalentes a 300 hasta 3,000 días de salario mínimo, hasta penas de prisión de uno a nueve años, dependiendo de la gravedad de la infracción. Entre las conductas sancionables están la captura, caza, aprovechamiento o traslado de ejemplares sin autorización, la destrucción de hábitat, el tráfico de especies en peligro de extinción o el manejo indebido de especies exóticas.
Además de las sanciones penales, las autoridades pueden confiscar ejemplares, productos o herramientas utilizadas en la comisión de estos delitos.
El caso de una mujer de Chachalacas, a quien le fue decomisado un tucán que mantenía como mascota y que posteriormente fue enviado a un centro especializado, refleja el dilema social y legal en torno a esta problemática. Mientras algunos defienden que se trata de “rescate” de animales, las autoridades recalcan que la tenencia y comercialización de especies silvestres requiere autorización expresa para no incurrir en delitos ambientales.
Para Ramírez Valencia, el esfuerzo conjunto de Profepa y Meta debe ser acompañado de mayor vigilancia y sanciones ejemplares: “El tráfico de especies no solo amenaza la biodiversidad, también alimenta cadenas de comercio ilegal que ponen en riesgo los ecosistemas de Veracruz y de todo el país”.
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