Nueva York: Líder de La Luz del Mundo, Naasón Joaquín García, y cinco cómplices enfrentan cargos por abuso sistemático
De acuerdo con el comunicado oficial de la Fiscalía, los imputados enfrentan cargos por conducta sexual, financiera y delictiva vinculada a la victimización de miembros de la Iglesia, que incluyen desde abuso sexual sistemático de menores y mujeres, hasta la producción de material visual que documenta estos abusos.
Según la acusación presentada por las autoridades neoyorquinas, los involucrados operaron durante décadas dentro de la iglesia como una organización criminal organizada, aprovechando su posición de poder para facilitar y encubrir abusos sexuales. Los cargos señalan que esta estructura permitió la creación de fotos y videos de abusos sádicos, un patrón de violencia que afectó principalmente a niños y mujeres integrantes de la congregación.
“La acusación detalla cómo la victimización persistió durante décadas y fue sistemáticamente organizada para proteger a los perpetradores y silenciar a las víctimas”, señaló la Fiscalía en un comunicado oficial.
La acusación formal marca un avance significativo en la lucha contra la impunidad en instituciones religiosas que, bajo la apariencia de espiritualidad, cometen delitos graves. Las autoridades destacan que la imputación busca asegurar justicia para las víctimas y desmantelar la estructura que permitió la continuidad de los abusos.
Los seis acusados, incluyendo a Naasón Joaquín García, enfrentan ahora un proceso judicial que podría derivar en severas penas de prisión en caso de ser hallados culpables. La Fiscalía aseguró que continuará investigando a fondo los vínculos financieros y operativos de la iglesia, buscando garantizar que la justicia sea completa y ejemplarizante.
Este caso ha generado atención internacional, y expertos en derecho consideran que podría sentar precedentes importantes en materia de responsabilidad de líderes religiosos y organizaciones frente a delitos sexuales. Las víctimas y sus familias han recibido apoyo de entidades especializadas en protección y asistencia legal, mientras que la opinión pública sigue de cerca cada paso del proceso judicial.
Con esta acción, el sistema judicial de Nueva York ratifica su compromiso de perseguir la impunidad, sin importar la jerarquía o influencia de los acusados, dejando en claro que la protección de las víctimas y la justicia prevalecen sobre el poder institucional o religioso.
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