Histórico reconocimiento de Palestina por parte de Canadá y Reino Unido marca un giro en la política internacional
Canadá, a 21 de septiembre de 2025.- En un giro sin precedentes en la diplomacia occidental, Canadá y el Reino Unido anunciaron este domingo el reconocimiento oficial del Estado de Palestina, uniéndose a Francia y Australia en lo que consideran un paso crucial para rescatar la posibilidad de una solución de dos Estados en Medio Oriente. La decisión, adoptada en el marco de la creciente violencia entre Israel y Palestina, busca abrir una nueva ruta hacia la paz y ejercer presión internacional para frenar la escalada del conflicto.
El Reino Unido y Canadá se convirtieron en los primeros países del Grupo de los Siete (G7) en dar este paso, marcando un cambio histórico tras décadas de una política exterior alineada principalmente con Israel y Estados Unidos. Ambos gobiernos señalaron que la medida es “necesaria para preservar la esperanza de paz” y para garantizar que tanto israelíes como palestinos puedan aspirar a un futuro seguro y estable.
El primer ministro británico, Keir Starmer, defendió la decisión en un mensaje difundido en redes sociales. “Ante el creciente horror en Oriente Medio, actuamos para mantener viva la posibilidad de la paz y una solución de dos Estados. Esto significa un Israel seguro y protegido junto a un Estado palestino viable. Por el momento no tenemos ninguno de los dos”, declaró. El líder laborista recalcó que este reconocimiento no debe interpretarse como una concesión al grupo islamista Hamás, al que calificó de “organización terrorista brutal”, y anticipó que el Reino Unido aplicará nuevas sanciones contra sus integrantes en las próximas semanas.
Por su parte, Canadá había anticipado su intención de reconocer al Estado palestino en semanas recientes. La ministra de Asuntos Exteriores, Anita Anand, señaló que este paso diplomático se dará acompañado de condiciones claras: las autoridades palestinas deberán avanzar en reformas democráticas y de gobernanza antes de que pueda producirse una normalización plena de las relaciones bilaterales.
La decisión fue anunciada a pocas horas de que la ONU albergue una cumbre copresidida por Francia y Arabia Saudita, en la cual una decena de países se espera que confirmen su reconocimiento formal del Estado palestino. Este movimiento diplomático refuerza la presión internacional sobre Israel, que enfrenta crecientes críticas por la magnitud de su ofensiva militar en Gaza.
El trasfondo es de extrema gravedad humanitaria. Desde el inicio del conflicto, el 7 de octubre de 2023, cuando milicianos de Hamás asesinaron a más de 1,200 personas en Israel —en su mayoría civiles—, la represalia israelí ha devastado la Franja de Gaza. De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud del enclave, avaladas por la ONU, más de 65,200 palestinos han muerto, también en su mayoría civiles, y cientos de miles han sido desplazados en medio de la destrucción de infraestructura básica, hospitales y viviendas.
Israel, bajo el liderazgo del primer ministro Benjamín Netanyahu, insiste en que la ofensiva militar busca desmantelar a Hamás y garantizar la seguridad de su población. Este domingo, el ejército israelí informó que dos proyectiles fueron lanzados desde Gaza, uno de los cuales fue interceptado y otro impactó en el sur de Israel sin dejar víctimas.
El reconocimiento de Palestina por parte de dos potencias occidentales abre un nuevo capítulo en el debate internacional. Más de 150 países en el mundo ya habían dado este paso desde la proclamación del Estado palestino en 1988, pero hasta ahora ninguna potencia del G7 había roto con la línea predominante de apoyo casi exclusivo a Israel.
Expertos internacionales consideran que esta decisión podría reconfigurar el tablero diplomático en Oriente Medio, aunque las reacciones son mixtas: mientras sectores palestinos celebran el gesto como un acto de justicia histórica, el gobierno israelí lo ha condenado como una traición de sus aliados más cercanos.
El reto ahora será transformar este reconocimiento en acciones concretas que permitan acercar a las partes a la mesa de negociación, en un momento en el que el terreno político y militar sigue marcado por la desconfianza, el dolor y el miedo acumulado durante décadas de conflicto.




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