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Mónica Herrera: la voz que incomoda al olvido y le da rostro a la vulnerabilidad.

Por Arquímedes González
México, a 1 de julio del 2025.- En un país donde la mayoría de las decisiones se toman a espaldas de quienes más lo necesitan, la diputada federal por el Distrito 7, Mónica Herrera Villavicencio, ha optado por lo contrario: poner el cuerpo, la historia y la voz al servicio de quienes históricamente no han sido escuchados.

Durante el segundo periodo extraordinario del Congreso de la Unión, la legisladora veracruzana volvió a dejar claro que la inclusión no es un discurso bonito para redes sociales, sino una lucha diaria por visibilizar realidades incómodas: la discapacidad, las enfermedades raras, el abandono estructural, y la urgencia de políticas públicas con rostro humano: “Lo más importante es comprender que nadie está exento de vivir una situación de vulnerabilidad. Lo que hoy se considera ajeno, mañana puede ser parte de tu vida”, señaló.

Desde el dolor, una agenda transformadora

Diagnóstica desde niña con atrofia muscular espinal tipo Hoffman 2, Mónica Herrera no solo venció los pronósticos médicos, sino también los muros políticos.

Su candidatura nació de una acción afirmativa, pero su triunfo se forjó en las urnas, rompiendo estigmas y resistencias.

Hoy, con una silla de ruedas como compañera de ruta y una agenda cargada de compromisos sociales, la diputada participa activamente en las comisiones de Grupos Vulnerables, Derechos Humanos y Educación, defendiendo temas que muchos otros prefieren ignorar: “Ser diputada no se trata de dar apoyos, sino de abrir puertas. Mi papel es ser puente entre la realidad de la gente y las decisiones del poder”, sostuvo.

Salud, dignidad y justicia: prioridades innegociables

Entre los temas que ha priorizado en su gestión, destaca la atención médica a sectores desprotegidos. Herrera reconoce que muchos de estos casos no pueden ser publicitados, pero sí cambian profundamente vidas.

“Nos buscan madres desesperadas por medicamentos que el sistema no garantiza, o familias que no saben a dónde acudir cuando un niño es diagnosticado con una enfermedad huérfana. Ahí es donde empieza la verdadera representación”, compartió.

También resaltó que, desde la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador, hubo un antes y un después en la atención a los olvidados: la pensión universal para personas con discapacidad, por ejemplo, ha significado una línea de vida para miles.

2025: entre el símbolo y la acción

Con entusiasmo y sentido histórico, la diputada celebró que Claudia Sheinbaum se convierta en la primera mujer presidenta de México, y que haya declarado este año como el “Año de la Mujer Indígena”.

“No es solo un hecho simbólico. Es la posibilidad de que el poder se mire desde otra óptica, desde otras luchas. Nos toca asegurarnos de que no se quede en lo superficial”, afirmó.

Asimismo, reconoció avances en algunos congresos y ayuntamientos donde ya existen direcciones de diversidad sexual y atención a la discapacidad, aunque advirtió que es necesario convertir estas buenas prácticas en obligaciones nacionales.

Un llamado urgente: que gobernar también signifique comprender

En un cierre cargado de emotividad, Herrera Villavicencio lanzó un llamado claro a los tres niveles de gobierno: la empatía no es un lujo, es una responsabilidad de Estado.

“No es caridad. Es justicia. Y si no entendemos eso desde las instituciones, seguiremos construyendo un país que ignora a quienes más lo necesitan”.

Con una vida marcada por la resiliencia, pero también por la acción política concreta, Mónica Herrera no es solo diputada. Es, en sus propias palabras, una voz con cuerpo, historia y propósito: dar pelea por ese México que aún no cabe del todo en las leyes, pero que exige ser escuchado.

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