Greenpeace denuncia complicidad de Semarnat en destrucción de la selva maya
Quintana Roo, a 7 de julio de 2025.- En una protesta simbólica y contundente, activistas de Greenpeace se manifestaron este lunes en las oficinas de la delegación de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ubicadas en la zona hotelera de Cancún, para denunciar la autorización de al menos 26 bancos de extracción de material pétreo en la península de Yucatán, la mayoría vinculados con las obras del Tren Maya.
La protesta incluyó la descarga de rocas frente al edificio, como acto de denuncia de la deforestación y explotación de la selva virgen, misma que, acusan, ha sido permitida por la Semarnat con autorizaciones extemporáneas y sin garantizar protección ambiental.
Carlos Samayoa, coordinador de la campaña México al grito de Selva, advirtió que el modelo de devastación iniciado por la empresa Calica en la Riviera Maya hace más de tres décadas, ahora está siendo replicado a gran escala por empresas como Cemex y Tren Maya S.A. de C.V.
“Vemos ahora a Cemex, una transnacional mexicana, con permiso de Semarnat para deforestar 4.5 kilómetros cuadrados cerca de Tulum. Y por si fuera poco, tenemos a Tren Maya S.A. de C.V., creando bancos de material pétreo en toda la península”, denunció Samayoa.
El activista recordó que Calica deforestó más de 2,000 hectáreas, pero que ahora, con los nuevos permisos, se ha llegado a un cifra alarmante: casi 10,000 hectáreas taladas o dinamitadas para extraer roca de la selva.
Un grupo de activistas escaló las instalaciones de la delegación estatal de Semarnat, ubicadas a un costado del canal Sigfrido, entre la Laguna Nichupté y el mar Caribe, donde desplegaron mantas y descargaron un volquete lleno de rocas.
“Esto que volcamos aquí es solo una pequeña muestra de lo que Semarnat está permitiendo. Esta complicidad institucional es lo que está destruyendo la selva maya”, señalaron.
Samayoa añadió que tan solo en lo que va del año, la Gaceta Ecológica de Semarnat ha publicado autorizaciones para casi 30 bancos de extracción pétrea para abastecer el megaproyecto ferroviario.
“La tala de selva virgen autorizada cerca de Tulum equivale a 4.5 kilómetros cuadrados. Esa selva aún se puede salvar, pero si no se pone un alto, todo se convertirá en polvo, piedras y árboles caídos”, advirtió.
Greenpeace exigió que la Semarnat deje de emitir autorizaciones sin un análisis ambiental riguroso y establezca verdaderos candados jurídicos y políticos que frenen la devastación del ecosistema maya.
“Han mostrado preocupación, sí, pero necesitamos acciones reales, no discursos. La remediación ambiental aún es posible, pero cada día que pasa se vuelve más difícil. ¿Qué estamos haciendo, en serio, para salvar lo que aún queda?”, cuestionó Samayoa.
La protesta culminó sin incidentes, pero con un llamado firme a la sociedad y autoridades para defender la selva maya como un patrimonio ambiental de todo el país, y no como una cantera al servicio de intereses empresariales y megaproyectos.
No hay comentarios