Comerciantes de Misantla enfrentan caída del 70% en ventas al cierre del ciclo escolar: “La tradición se está perdiendo”
Misantla, Ver., a 24 de junio del 2025.- En medio de un panorama económico cada vez más adverso, comerciantes del mercado municipal Antonio M. Quijasco resisten con dignidad y esperanza una temporada que, años atrás, les garantizaba ventas elevadas: el cierre del ciclo escolar.
Daniel Francisco Marcos, locatario con décadas de experiencia, reconoce que el escenario ha cambiado radicalmente. “Antes era una fiesta: los niños salían con traje de gala, corbata, vestido nuevo, zapatos lustrados. Hoy, la mayoría egresa con el mismo uniforme que usaron todo el año”, lamentó en entrevista.
El impacto es claro: las ventas han caído hasta en un 70%. La tradicional derrama económica que implicaban las graduaciones y ceremonias escolares se ha diluido, sustituida por la cautela de las familias que priorizan lo indispensable ante una situación económica que califican de crítica.
“El fin de cursos ya no representa lo que era antes. Hoy la gente se administra, cuida cada peso, y eso nos pega a todos: desde el que vende zapatos hasta el que ofrece dulces en la esquina”, explica don Dani.
La caída en las ventas no solo afecta a quienes venden ropa o accesorios, sino también a transportistas, taxistas, y pequeños comerciantes ambulantes. “Cuando terminan las clases, se paraliza todo: no hay transporte, no hay movimiento, no hay ingresos”, resume con crudeza.
Pese al desánimo, los comerciantes mantienen la vista en el horizonte. “Lo que realmente nos ayuda es el inicio del nuevo ciclo escolar, porque ahí sí todos necesitan comprar: el uniforme nuevo, la mochila, los zapatos, los útiles, el transporte. Ahí es cuando vemos movimiento real”, afirma.
Además, la feria patronal y las vacaciones de verano abren una ligera ventana de oportunidad. “Algunos paisanos regresan, visitan a su gente, y eso ayuda un poco, aunque ya no como antes. Vienen limitados, pero algo dejan”, comenta con cautela.
Daniel hace un llamado directo a la población misanteca: “Aquí quien puede salvar al comercio local es el mismo misanteco. Si tú compras local, haces que el dinero se quede aquí, que haya movilidad, que la economía circule entre nosotros”.
Evoca el ejemplo de otros estados, como Oaxaca, donde el trueque y el consumo comunitario fortalecen el tejido económico. “Aquí también tenemos que apoyarnos entre todos, desde el que vende cacahuates hasta el que tiene una tienda. Todos necesitamos de todos.”
En un contexto donde los precios del campo están por los suelos, no hay nuevas fuentes de empleo y las crisis globales afectan incluso a los mercados locales, los comerciantes de Misantla no bajan la guardia. Se reinventan, resisten, y esperan que la comunidad no olvide que consumir en el mercado es también una forma de cuidar su ciudad.
“Ya no es como antes, pero mientras haya esperanza, aquí seguiremos. Si el misanteco nos apoya, no nos rendimos”, concluyó con firmeza don Dani.
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