Cadena perpetua para dos traficantes tras tragedia migrante que dejó 53 muertos en Texas
Estados Unidos, a 28 de junio del 2025.- En uno de los casos más devastadores en la historia reciente del tráfico de personas en Estados Unidos, dos hombres fueron condenados este viernes a cadena perpetua por su responsabilidad en la muerte de 53 migrantes, cuyos cuerpos fueron hallados en el interior de un tráiler abandonado bajo un calor abrasador en San Antonio, Texas, el 27 de junio de 2022.
Felipe Orduña Torres, alias Cholo, Chuequito o Negro, de 30 años, y Armando González Ortega, apodado El Don o Don Gon, de 55, fueron declarados culpables de transportar ilegalmente a 66 personas desde México, sin ventilación ni agua, en condiciones inhumanas que llevaron a una tragedia sin precedentes.
La sentencia se dio exactamente tres años después del hallazgo que sacudió a la opinión pública mundial, cuando autoridades encontraron un tráiler estacionado en las afueras de San Antonio con 48 migrantes ya muertos por asfixia y deshidratación. Otros cinco fallecieron en hospitales locales, elevando el número total de víctimas a 53, incluyendo seis menores de edad y una mujer embarazada.
Orduña Torres fue sentenciado a cadena perpetua y una multa de 250.000 dólares, además de una sanción adicional de 96.000 dólares y la confiscación de bienes, incluyendo vehículos de lujo y 60.000 dólares en efectivo, evidencia de las ganancias obtenidas por explotar la desesperación humana.
Por su parte, González Ortega recibió una pena de 83 años de prisión y una multa de 250.000 dólares, tras ser hallado culpable por su papel logístico en el operativo de tráfico transfronterizo.
“Estos criminales pasarán el resto de sus vidas en prisión por su cruel decisión de lucrarse con el sufrimiento humano”, declaró en un comunicado Pamela Bondi, fiscal federal de EE.UU. “Las sentencias de hoy envían un mensaje claro a todos los traficantes del mundo: no descansaremos hasta verlos tras las rejas”.
Las investigaciones federales revelaron que cada migrante pagó entre 12.000 y 15.000 dólares por el cruce, muchos de ellos procedentes de México, Guatemala y Honduras, quienes buscaron en EE.UU. un mejor futuro, pero encontraron la muerte.
El vehículo involucrado, un tráiler sin aire acondicionado ni ventilación, cruzó la frontera sin revisión, y fue abandonado en un área remota bajo temperaturas superiores a 40°C. Cuando los servicios de emergencia llegaron, era demasiado tarde para decenas de ellos.
El conductor, Homero Zamorano Jr., se declaró culpable en enero pasado y espera sentencia. Al menos otros cinco implicados también han aceptado cargos, y el presunto líder de la red, Rigoberto Ramón Miranda Orozco, fue extraditado desde Guatemala a inicios de este año para enfrentar cargos por su rol en la tragedia.
Este caso sigue siendo un símbolo del peligro extremo que enfrentan miles de personas cada año al intentar cruzar la frontera sur de EE.UU. en manos de redes criminales. La tragedia de San Antonio no solo dejó 53 muertos: expuso la brutal realidad del tráfico humano y encendió un llamado internacional a reforzar la cooperación regional para desmantelar estas organizaciones.
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