Guerra sucia digital ensombrece la contienda por la alcaldía de Misantla
Misantla, Ver., a 14 de mayo del 2025.- La actual campaña por la presidencia municipal de Misantla ha entrado en una etapa crítica, no por la calidad del debate político o la profundidad de las propuestas, sino por la creciente ola de guerra sucia que ha invadido las redes sociales, dos mujeres y tres hombres que aspiran a dirigir el gobierno local se enfrentan no solo en mítines y recorridos, sino en un terreno cada vez más hostil: el mundo digital, donde los ataques, la desinformación y los contenidos manipulados se han convertido en armas de uso cotidiano.
Facebook, WhatsApp y TikTok son ahora herramientas tanto de comunicación como de confrontación, cuentas falsas, páginas sin responsables identificables y perfiles creados exclusivamente para denigrar han inundado los espacios digitales con mensajes ofensivos, insinuaciones sin fundamento, imágenes alteradas y campañas de desprestigio que buscan confundir a la ciudadanía y dañar la imagen pública de los adversarios políticos.
La guerra sucia no distingue género, trayectoria ni partido, todos los aspirantes han sido blanco de señalamientos y contenido hostil, desde rumores sobre su vida personal, acusaciones sin sustento, hasta videos editados fuera de contexto, el flujo de información tóxica parece no tener freno, en muchos casos, estos ataques ni siquiera provienen directamente de los candidatos, sino de simpatizantes radicales, operadores digitales o terceros con intereses oscuros.
El fenómeno ha generado preocupación entre diversos sectores sociales y ha despertado una creciente desconfianza en la ciudadanía, en lugar de nutrir el proceso democrático con ideas, análisis y contraste de visiones, las redes sociales se han convertido en un campo de batalla donde lo que importa no es quién tiene el mejor proyecto de gobierno, sino quién logra más likes, compartidos o comentarios escandalosos.
A esto se suma el uso de bots y técnicas de “astroturfing”, con las que se inflan artificialmente publicaciones para simular apoyo masivo o rechazo generalizado, la viralización de contenido manipulador provoca un efecto dominó: los ciudadanos terminan compartiendo información falsa sin verificarla, lo que alimenta aún más el ambiente de polarización.
La falta de regulación y la impunidad digital hacen que muchos de estos ataques queden sin consecuencias. Incluso, algunos perfiles son eliminados tras cumplir su propósito de difundir una “bomba mediática”, lo que dificulta rastrear a sus autores.
Mientras tanto, los temas verdaderamente importantes para Misantla –como la rehabilitación de caminos, los servicios de salud, la seguridad, el acceso a la vivienda, el turismo local y la economía familiar– quedan relegados por el ruido mediático y el escándalo efímero, la ciudadanía se siente cada vez más distante de un proceso que debería ser un ejercicio de participación consciente, y muchos ya anticipan un voto de castigo, abstencionismo o indecisión generalizada.
En este contexto, han surgido llamados desde diversos sectores para recuperar la cordura, promover un pacto de civilidad y exigir a todos los contendientes una campaña de altura, si bien el debate y el contraste son parte esencial de toda democracia, la desinformación y el ataque personal no solo perjudican a los candidatos, sino que degradan el tejido social y dañan la confianza en las instituciones.
La elección está cada vez más cerca, pero en lugar de claridad, propuestas o diálogo abierto, Misantla enfrenta una contienda marcada por la sombra de la guerra sucia digital, el reto no es menor: devolverle al proceso electoral su verdadero propósito y demostrar que se puede competir con dignidad, verdad y compromiso real con el pueblo.
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