Crisis en la citricultura misanteca: altos costos, cambio climático y falta de apoyos ahogan a productores.
Misantla, Ver., a 30 de abril del 2025.- La producción de limón en la región ha entrado en una etapa crítica, así lo expresó Claudio César Belli Celis, productor local y comerciante, quien describió con preocupación cómo, año tras año, los costos se incrementan, las plagas avanzan, el clima se torna impredecible y la falta de apoyo institucional deja al agricultor a su suerte.
“La producción de limón ha ido en declive durante los últimos cinco años”, afirma Belli Celis, a su juicio, la raíz del problema radica principalmente en los altos costos de producción: “Cada vez se invierte menos porque simplemente ya no alcanza”, agrega, el impacto del cambio climático ha complicado aún más el panorama: “Los procesos vegetativos de las plantas han cambiado, hay más plagas, más enfermedades... y cuando a eso se suma el tema de la comercialización, la cosa se pone peor”.
Uno de los principales retos, explica, es el fenómeno del coyotaje, que mantiene los precios del limón inestables e impredecibles: “Hay limón, no hay precio, no hay limón, tampoco hay precio”, esta volatilidad obliga a los productores a intentar calcular el momento exacto de la floración para coincidir con un posible repunte en el precio, una maniobra que, en la práctica, resulta cada vez más inviable.
Frente a este panorama, Belli propone una estrategia de diversificación urgente: “Si tienes dos, tres, cuatro hectáreas, divídelas, una para limón, otra para naranja, otra para maíz, otra para frijol, ya no se puede vivir de un solo cultivo”, la rotación de cultivos y la autosuficiencia alimentaria podrían ser una tabla de salvación ante una crisis que afecta incluso la economía doméstica: “La canasta básica está por las nubes, y sin ingresos constantes, es insostenible”, comentó.
En cuanto a los precios, la caída ha sido brutal: “Hace tres años, una reja de limón llegaba a valer entre 1200 y 1800 pesos, hoy, no pasa de 800”, dijo con pesar, este desplome, sumado al aumento del jornal que ya ronda los 300 pesos diarios, ha hecho que muchos productores abandonen sus parcelas o sobrevivan al límite.
Por si fuera poco, la amenaza de la temporada de huracanes que inicia el próximo 15 de mayo suma otro motivo de alarma: “No tenemos ningún seguro para el campo, ni por sequía, ni por huracanes, nada, antes sí había, pero hoy, cada quien se rasca con sus propias uñas”, lamentó, en caso de desastre, la única opción es encomendarse a la suerte: “Nomás pedimos que Dios nos bendiga, porque de las autoridades ya no esperamos nada”.
La entrevista con Claudio Belli deja entrever una realidad compartida por cientos de productores misantecos, una citricultura herida por la falta de políticas públicas, abandonada a su suerte en medio de una crisis económica y climática, un llamado urgente queda sobre la mesa: sin apoyo ni reestructuración del modelo agrícola, el campo de Misantla corre el riesgo de extinguirse como lo hace, lentamente, el olor fresco de los limones en flor.
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