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Becas de excelencia en Veracruz: ¿Un verdadero compromiso con la educación o una estrategia empresarial?

Veracruz,
a 4 de abril del 2025.- La educación en México ha dependido históricamente de la inversión pública, pero cada vez es más común que empresas privadas participen en programas de apoyo educativo. Tal es el caso del programa El Valor de Educar, impulsado por la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) y la empresa Constellation Brands, que ofrecerá becas a 500 estudiantes de nivel medio superior y superior.

Si bien la iniciativa parece un esfuerzo loable para impulsar la educación en el estado, resulta imprescindible analizar el trasfondo de este tipo de apoyos: ¿son realmente un esfuerzo genuino por mejorar las oportunidades académicas, o simplemente una estrategia de relaciones públicas para mejorar la imagen de una empresa con antecedentes polémicos?

Constellation Brands es una compañía con un historial de controversias en México, particularmente en relación con su uso de recursos hídricos. La empresa, productora de marcas cerveceras como Corona y Modelo, ha sido objeto de críticas por su planta en Mexicali, Baja California, donde la ciudadanía rechazó su presencia debido a su alto consumo de agua en una zona con graves problemas de sequía.

Ahora, la empresa busca posicionarse como aliada de la educación en Veracruz, un estado con importantes desafíos en materia de acceso y permanencia escolar. Sin embargo, más allá de la inversión económica, es válido cuestionar si su participación responde a un compromiso real con la educación o si simplemente busca mejorar su reputación frente a la sociedad y las autoridades.

A primera vista, El Valor de Educar parece una gran oportunidad para 500 estudiantes que recibirán apoyo en colegiaturas, inscripción y manutención. No obstante, el alcance del programa es limitado si se compara con la magnitud de la problemática educativa en Veracruz.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), más del 30% de los jóvenes veracruzanos no acceden a la educación superior, principalmente por falta de recursos económicos. Mientras que estas becas beneficiarán a una minoría, miles de estudiantes siguen enfrentando barreras estructurales que ningún programa privado solucionará.

Además, el programa exige un promedio mínimo de 8.5 para postularse, lo que automáticamente excluye a quienes enfrentan dificultades económicas y familiares que afectan su rendimiento académico. En lugar de apostar por una educación inclusiva, la iniciativa solo refuerza la brecha educativa entre quienes ya tienen ventajas académicas y aquellos que quedan rezagados.

La Secretaría de Educación de Veracruz ha celebrado este programa como un ejemplo de colaboración entre el sector público y privado. Sin embargo, cabe preguntarse si la dependencia estatal está delegando en las empresas una responsabilidad que le corresponde al gobierno.

La educación es un derecho, no un privilegio ni un favor de las corporaciones. Si la SEV verdaderamente quisiera mejorar las condiciones académicas en el estado, debería enfocarse en fortalecer las instituciones públicas, garantizar el acceso equitativo a becas gubernamentales y mejorar la infraestructura de las escuelas.

En cambio, con programas como El Valor de Educar, el gobierno parece delegar su responsabilidad en empresas privadas, sin cuestionar los intereses que pueden estar detrás de su participación.

El acceso a la educación no puede quedar sujeto a la buena voluntad de una empresa que, en última instancia, opera con fines de lucro. Si bien cualquier apoyo financiero es bienvenido en un contexto de crisis educativa, programas como El Valor de Educar no deben sustituir el compromiso real del Estado con la educación pública.

Más allá de los discursos optimistas, es urgente exigir que la SEV fortalezca los apoyos gubernamentales y no dependa de alianzas con empresas cuyo compromiso con la educación sigue siendo, en el mejor de los casos, cuestionable.

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