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Indignación en Alto Lucero por imposición de candidatura en el PT: ¿traición a la base o estrategia política fallida?

Por Arquímedes González.
Alto Lucero, Ver., a 29 de febrero del 2025.- A escasos días de que cierre el registro de candidaturas rumbo a las elecciones municipales, una ola de indignación recorre Alto Lucero tras conocerse la posible imposición de Constantino Aguilar Aguilar como candidato a la alcaldía por el Partido del Trabajo (PT), dejando fuera a Romina Arroyo, figura con fuerte respaldo popular y trabajo territorial comprobado.

La decisión, aparentemente tomada desde las cúpulas del PT a nivel nacional, ha sido vista por la militancia como una traición abierta a las bases que han sostenido al partido en este municipio, para muchos, la exclusión de Romina Arroyo —quien ha consolidado simpatías reales entre los electores— representa no solo una afrenta al trabajo político de una mujer comprometida, sino un acto de miopía política que podría costarle al PT su presencia en el próximo gobierno local.

“No nos representa”, han expresado ciudadanos sobre Constantino Aguilar, quien carga con el lastre de una candidatura fallida a diputado federal en la última elección, lejos de generar unidad, su postulación ha avivado el enojo de la militancia, que hoy se siente ignorada, pisoteada y utilizada.

La reacción no se ha hecho esperar, trascendió que el diputado local del distrito 08, Luis Vicente Aguilar Castillo, ha advertido que abandonará la bancada petista en el Congreso local para sumarse a la de Morena, si se consuma lo que muchos ya llaman una imposición vergonzosa, la fractura interna es evidente.

Además, esta controversia pone en entredicho los discursos del PT sobre inclusión y equidad de género, la exclusión de Romina Arroyo, a pesar de su evidente liderazgo, demuestra que en los hechos la participación política de las mujeres sigue siendo relegada cuando incomoda a intereses cupulares.

La militancia exige transparencia, justicia y respeto, Alto Lucero merece un proceso limpio y democrático, si la dirigencia nacional del PT insiste en cerrar los ojos a la realidad local, solo favorecerá a otras fuerzas políticas, que bien podrían capitalizar el descontento ciudadano en las urnas el próximo 2 de junio.

Lo que está en juego no es solo una candidatura, sino la credibilidad del partido y el futuro político de un municipio que ha sido históricamente marginado por decisiones tomadas a cientos de kilómetros de distancia.

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