Obispo Sigifredo Noriega Barceló se ofrece como mediador en el conflicto entre el gobierno estatal y municipal
Zacatecas, a 10 de febrero del 2025.- En medio de los constantes desencuentros entre el gobierno del estado y el de la capital, el Obispo Sigifredo Noriega Barceló ha manifestado su preocupación por la creciente polarización y ha ofrecido su mediación para buscar una solución que beneficie a la ciudadanía.
Durante un pronunciamiento reciente, el líder religioso calificó la disputa entre ambas autoridades como una expresión de “mala política”, señalando que este tipo de conflictos no solo afectan la gobernabilidad, sino que dañan el tejido social y generan divisiones innecesarias.
"Un pleito público divide más y destruye. Esto no es vivir de acuerdo con las leyes más elementales de la convivencia humana", declaró Noriega Barceló, enfatizando que el enfrentamiento perjudica tanto al municipio como a la capital del estado.
El obispo calificó la crisis política como una "enfermedad moral" que debe ser sanada a través de la humildad y el reconocimiento del daño que se está causando a la sociedad. Según el prelado, la falta de voluntad política y la ausencia de un verdadero amor por la comunidad han sido los principales factores que han agravado esta situación.
En este sentido, instó a los funcionarios involucrados a reflexionar sobre sus acciones y a anteponer el bienestar de la población por encima de los intereses personales o partidistas.
"Si me lo piden, encantado de la vida; mientras, rezaré para que esto se resuelva favorablemente hacia la comunidad, porque al final de cuentas, todos somos los perjudicados", afirmó, dejando en claro su disposición para servir como mediador en el conflicto.
El Obispo Noriega Barceló también advirtió que esta crisis no es un caso aislado, sino que refleja un problema mayor que afecta a otros municipios de la entidad. La falta de acuerdos entre autoridades ha generado estancamiento en el desarrollo y ha exacerbado la sensación de incertidumbre entre la ciudadanía.
Por ello, el prelado hizo un llamado a construir condiciones de vida más dignas, destacando que la reconciliación y el trabajo conjunto son esenciales para recuperar la estabilidad. En su mensaje final, dirigió una bendición especial a los enfermos y sus cuidadores, alentando a la comunidad a poner lo mejor de sí para superar los desafíos actuales.
"Lo que esté en nuestras manos hay que ponerlo", concluyó, reafirmando su compromiso con la búsqueda del bien común y la paz social.
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