¿La Realidad o una Promesa Vacía? La "Victoria Segura" de Morena en Veracruz
Veracruz, a 3 de febrero del 2025.- El presidente del Comité Ejecutivo Estatal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, ha lanzado una afirmación contundente que, más allá de la autoconfianza, invita a la reflexión: la coalición "Sigamos Haciendo Historia en Veracruz", integrada por su partido y el Partido Verde, arrasará en los 212 municipios de la entidad durante las elecciones municipales de junio próximo. "No tengo duda alguna de esto", afirmó Ramírez Zepeta en un reciente encuentro con los medios. Mientras muchos veracruzanos podrían ver en estas palabras un pronóstico alentador, otros se preguntan: ¿realmente tiene bases esta declaración o es solo una promesa vacía?
La afirmación de Ramírez Zepeta tiene un tono optimista, incluso triunfalista. Hablar de una victoria absoluta en los 212 municipios puede sonar como la proyección de un líder seguro de su poder, pero también podría interpretarse como una falta de comprensión de las complejidades políticas y sociales que enfrenta Veracruz. La realidad política de este estado no es monolítica, y no todo el electorado respalda de manera incondicional a Morena ni a su coalición con el Partido Verde.
Es cierto que Morena ha mantenido un dominio indiscutible en el ámbito estatal, pero las dinámicas municipales son una historia diferente. Veracruz está compuesto por una diversidad de municipios con realidades locales muy distintas. Desde zonas rurales, hasta los grandes centros urbanos, cada región tiene sus propios desafíos, aspiraciones y lealtades políticas. El "respaldo de la gran mayoría de los veracruzanos" que menciona Ramírez Zepeta es una afirmación que se percibe como demasiado amplia y, en algunos casos, desconectada de las necesidades locales de muchos veracruzanos.
Uno de los pilares sobre los que Ramírez Zepeta basa su optimismo es el trabajo territorial que, según él, Morena y el Partido Verde han realizado incansablemente. "Sólo con mucho trabajo en territorio y eligiendo a los perfiles más fuertes y competitivos es como vamos a arrasar", dijo el dirigente. Sin embargo, esta afirmación deja abierta una importante interrogante: ¿qué tan reales y consistentes son esos esfuerzos de trabajo en territorio?
El trabajo político en las bases no se mide únicamente en visitas y actos de campaña, sino en la capacidad para conectar con las verdaderas preocupaciones de los ciudadanos, ofrecer soluciones claras a los problemas locales y fomentar la confianza de los votantes. En muchas ocasiones, los partidos se concentran en su propia agenda y pierden de vista las expectativas concretas de los electores. Además, la elección de los perfiles más competitivos es un proceso que, en ocasiones, está más influenciado por la política interna y las negociaciones de poder que por la verdadera capacidad de esos candidatos para conectar con las comunidades.
Por otro lado, hablar de "arrasar" también subestima la pluralidad del voto en Veracruz. Si bien la coalición Morena/Verde tiene un fuerte apoyo en varias regiones del estado, otros sectores de la población, incluidos aquellos que se sienten desconectados del gobierno estatal, pueden ser reacios a votar por candidatos que perciben como representantes de un proyecto político que no satisface sus necesidades. Veracruz es un estado con una compleja composición social y política, y pretender que una victoria absoluta en los 212 municipios es una certeza es un riesgo que podría jugar en contra de la coalición.
Además, las elecciones municipales no solo son una cuestión de apoyo a un partido, sino de votar por candidatos que resuelvan problemas concretos de seguridad, salud, educación y desarrollo económico. Por lo tanto, es necesario que la coalición no solo dependa de la maquinaria electoral de los grandes partidos, sino también de los perfiles locales, comprometidos con las demandas específicas de cada municipio.
El constante discurso de "victoria segura" que se repite desde los dirigentes de Morena corre el riesgo de convertirse en un boomerang. En lugar de fortalecer el compromiso con los votantes y las bases, puede generar una desconexión entre el partido y las verdaderas necesidades de la población. Además, esta actitud puede desencadenar una falta de autocrítica o de ajuste a las realidades de las campañas locales, donde la confianza excesiva en los resultados podría llevar a la coalición a pasar por alto los problemas estructurales o los descontentos locales.
Lo que Ramírez Zepeta parece olvidar es que en política, y más aún en un estado tan diverso como Veracruz, las victorias no se dan por sentadas. Los electores no siempre siguen las pautas marcadas por las promesas de los partidos. Si Morena y el Partido Verde realmente quieren "arrasar", deben centrarse en un trabajo mucho más profundo, con propuestas concretas y soluciones reales, en lugar de quedarse atrapados en una retórica vacía que podría resultar contraproducente.
El dirigente de Morena en Veracruz tiene razón en afirmar que el trabajo territorial es crucial y que la elección de candidatos competentes es importante. Sin embargo, la arrogante afirmación de que la coalición arrasará en todos los municipios de Veracruz parece ignorar las complejidades políticas del estado y el riesgo de subestimar la pluralidad del voto local. Morena y el Partido Verde deberán, más que dar promesas de victoria, demostrar con hechos que están dispuestos a escuchar y responder a las verdaderas necesidades de los veracruzanos. El camino hacia la "victoria segura" puede estar lleno de sorpresas, y la arrogancia electoral puede ser un riesgo que no deberían subestimar.
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