Anexos en Cancún: una alternativa riesgosa ante la falta de regulación y opciones certificadas
Quintana Roo, a 23 de enero del 2025.- En esta ciudad, conocida por sus playas paradisíacas, existe una realidad menos visible pero igualmente urgente: el aumento de sitios de recuperación y tratamiento contra las adicciones, comúnmente llamados anexos y granjas. Aunque se calcula que hay más de 20 de estos espacios operando en la región, solo uno, el anexo Hacienda Santa María, cuenta con registro oficial y cumple con los estándares necesarios para tratar a personas con problemas de adicción.
La situación de Cancún no es un caso aislado. Según cifras de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasma), hasta 2024 en todo México solo existían 193 centros de rehabilitación certificados. Ninguno de estos se encuentra en Quintana Roo, dejando a cientos de personas en búsqueda de ayuda en un limbo regulatorio.
Roger A., delegado de la Central Mexicana de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos, enfatizó la importancia de distinguir entre los grupos oficiales de AA y los anexos que operan bajo su nombre.
“México no reconoce como Alcohólicos Anónimos a ninguna asociación que use nuestro logotipo sin autorización. En la zona norte de Quintana Roo, contamos con 120 grupos oficiales, pero no con anexos ni centros de rehabilitación”, afirmó.
En redes sociales, más de 20 centros de rehabilitación promocionan sus servicios, algunos gratuitos y otros con costos que varían desde 600 hasta 250 mil pesos, dependiendo de si se trata de anexos o clínicas privadas. Sin embargo, la Comisión Nacional de Adicciones subraya una diferencia fundamental:
Clínicas de rehabilitación certificadas: Ofrecen atención científica, con psicólogos y especialistas que diseñan planes integrales de recuperación.
Anexos: Operan sin supervisión ni personal especializado, y en muchos casos, recurren a prácticas violentas, lo que puede causar más daño a los pacientes que buscan ayuda.
“Estos sitios deben priorizar la dignidad humana. Las personas internadas están en un proceso muy difícil, pero en muchos casos, en lugar de ayudarlas, se les somete a maltratos físicos y psicológicos”, explicó Roger A.
La falta de monitoreo y regulación permite que anexos ilegales sigan proliferando en Cancún, algunos de ellos operando en colonias sin permisos ni control sanitario. Aunque existe un directorio estatal de sitios para el tratamiento de adicciones, se estima que solo dos o tres funcionan de forma legal.
Los especialistas advierten que esta situación no solo afecta a las personas que buscan ayuda, sino que también desacredita el trabajo de organizaciones como Alcohólicos Anónimos, cuyo modelo de apoyo mutuo no cobra cuotas ni recurre a prácticas coercitivas.
Ante esta problemática, es necesario que las autoridades de salud y las instituciones locales refuercen la regulación y supervisión de los centros de tratamiento en Quintana Roo. También es fundamental que se concientice a la población sobre la importancia de acudir a sitios certificados que ofrezcan un trato digno y profesional para las personas en proceso de rehabilitación.
Mientras tanto, la falta de opciones reguladas en Cancún deja a los más vulnerables expuestos a un sistema que, en lugar de curar, puede perpetuar su sufrimiento.
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