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El poderoso mensaje de Sarah para el mundo – Desde las calles de Israel

Por Ricardo Silva / Enlace Judío
Israel, a 26 de noviembre del 2024.- El capítulo que vemos es el único que tiene nombre de mujer, Sara. Es Jaye Sara, la vida de Sarah.¿Qué enérgico mensaje tiene Sarah para nosotros?

El capítulo inicia con el fallecimiento de Sarah a la edad de 127 años. Es enterrada en la Cueva de Majpelá en Jevrón en donde Avraham llora su partida. Abraham compra el lugar a Efrón el Hitita por 400 shekels de plata.

Abraham llora la pérdida de Sarah, a pesar del tiempo, la vida ruda y los conflictos matrimoniales. Avraham el patriarca, tiene amor por su esposa. No existe vida matrimonial fácil

La mayoría de las historias del cine venden una fantasía que nunca ocurre. Y basadas en esa ilusión quieren construirse las parejas de nuestro tiempo, no quieren problemas, no están dispuestas a entender la postura del otro, sus tiempos y circunstancias. La vida ejerce mucha presión y no todos lo soportan.

Pensamos que el amor será inmutable con el tiempo, no vendrán las canas, no habrá kilos de más ¿qué son las arrugas? Nunca nos faltará el cabello.

Sarah entendió que la misión era lo fundamental para seguir adelante, pudo ser parte de los aposentos de reyes y faraones, pero siempre se quedó con el dirigente Avraham, en abundancia y pobreza. ¿Por qué el capítulo se llama la vida de Sara y comienza mencionando su muerte?

Los exegetas intuyen que al mencionar “los años de Sarah” se refiere a una vida buena, una vida que trasciende, una vida apuntalada hoy para el futuro, su descendencia.

Abraham y Sarah tenían fe en sus decisiones, en su legado y, por eso, pudieron morir sintiéndose completos y realizados. La felicidad basada en posesiones no es duradera, la felicidad perdurable está en el prestigio, en la rectitud de los actos.

Sarah será la idishe mame, la madre arquetípica, la madre de todos, exigente, pero consoladora, el beso incondicional que necesita un corazón roto.

Sarah era matriarca, pero no por ello perfecta. Sarai, en un momento está preocupada por la presencia de Hagar. Percibe que hay peligro en el destino de la misión que sólo era de Avraham y ella. Reacciona colérica ante la concubina de su esposo hasta correrla.

La matriarca pierde los estribos, pero al final es el futuro de su descendencia lo que está en juego. Se sabe completa, plena para cumplir sola el rol de madre y mujer en su familia, porque además intuye, adivina, profetiza, que será la madre de generaciones, consuelo de oprimidos, inspiración de toda aquella mujer a punto de tirar la toalla. Madre de los exiliados.

¿Has pensado cómo quieres que hablen de ti tus descendientes, tus familiares, vecinos y amigos cuando ya no estés? ¿Serás ejemplo o decepción?

Si la meta, el legado familiar fue sentido de vida para Abraham y para Sarah, deberá serlo para mi, para cualquiera, para ti.

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