Fallece Illia Golem, el “Mutante” del Fisicoculturismo, a los 36 Años: Posibles Causas del Trágico Evento
República Checa, a 13 de septiembre del 2024.- La repentina muerte de Illia Golem, conocido en el mundo del fisicoculturismo como "El Mutante", ha sacudido a la comunidad deportiva y a sus seguidores alrededor del mundo. El destacado fisicoculturista de origen checo, famoso por su impresionante físico, falleció a los 36 años tras sufrir un infarto en su hogar, mientras estaba con su esposa, Anna, quien intentó sin éxito salvarlo con un masaje cardíaco antes del traslado de emergencia en helicóptero.
Aunque la causa exacta del deceso aún no ha sido confirmada por las autoridades, expertos en salud y fanáticos del deporte han planteado varias teorías sobre las posibles causas del trágico evento, todas vinculadas con prácticas extremas en su entrenamiento y nutrición.
Una de las hipótesis más comentadas sugiere que Golem pudo haber sufrido un ataque cardíaco debido al uso prolongado de esteroides anabólicos. El fisicoculturista había admitido en el pasado que consumía dosis extremas de testosterona, hasta 6 gramos por semana, superando ampliamente las dosis recomendadas en el ámbito del culturismo. El uso excesivo de esteroides está vinculado a una serie de problemas cardiovasculares, incluyendo hipertensión y agrandamiento del corazón, que aumentan significativamente el riesgo de infartos.
Otra teoría relevante es el posible impacto del uso de Synthol en su salud. El Synthol, una sustancia inyectable compuesta principalmente de aceite, lidocaína y alcohol benzílico, es utilizada por algunos fisicoculturistas para aumentar el volumen muscular rápidamente. Aunque Golem no reconoció abiertamente el uso de Synthol, se sospecha que su posible aplicación podría haber contribuido a complicaciones graves, incluyendo infecciones y problemas cardiovasculares, que podrían haber sido factores en su fallecimiento.
Finalmente, se analiza la posibilidad de que el exceso de proteínas en su dieta haya jugado un papel crucial en su muerte. Golem seguía una dieta extremadamente alta en calorías, alcanzando las 16,500 diarias, principalmente a base de proteínas. Esta sobrecarga constante puede haber sometido a sus riñones y hígado a una presión excesiva, resultando en daño hepático o renal que, a largo plazo, podría haber desencadenado un colapso orgánico.
El fallecimiento de Illia Golem ha dejado una profunda impresión en la comunidad del fisicoculturismo, resaltando los riesgos asociados con el uso extremo de sustancias y dietas rigurosas. La pérdida del "fisicoculturista más monstruoso del mundo" es una trágica recordatoria de los límites y peligros involucrados en la búsqueda de la perfección física.
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