Inconsistencias y Desvíos: La Administración de Blanco en la Mira de la ASF
Morelos, a 27 de julio del 2024.- En el estado de Morelos, bajo la administración de Cuauhtémoc Blanco, se ha desatado una tormenta de irregularidades financieras, según lo revelado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Entre 2019 y 2023, las cuentas de la entidad reflejan un desorden preocupante: faltantes y aclaraciones pendientes que ascienden a 3,901 millones de pesos.
El primer año de gobierno de Blanco ya mostraba señales de problemas, con apoyos y participaciones a entidades y municipios marcados por inconsistencias. Sin embargo, las sombras se alargaron sobre áreas vitales como la salud y la infraestructura, donde los recursos parecen haber tomado caminos inciertos. La ASF identificó, solo en 2019, un déficit de más de 1,851 millones de pesos en Participaciones Federales.
A medida que los años avanzaron, nuevas áreas se sumaron a la lista de preocupaciones. Emergencias y desastres naturales fueron los focos de 2020, mientras que en 2022 y 2023, la educación también entró en el radar de irregularidades. En estos dos últimos años, las auditorías reflejan una gestión financiera deficiente, con miles de millones sin explicación clara.
El problema, sin embargo, no se limita a los números. Las auditorías han señalado un incumplimiento sistemático de normas y leyes, desde la Constitución hasta la Ley General de Contabilidad Gubernamental. En 2021, la ASF descubrió que 302 millones de pesos transferidos por la Federación no fueron justificados en bienes y servicios, revelando un posible daño a la Hacienda Pública.
El año 2022 no fue diferente. Un total de 888 millones de pesos quedó sin aclaración respecto a su uso, y se detectó un daño probable por más de 736 millones, atribuido a violaciones de normativas de adquisición y contabilidad.
La salud y la educación, sectores críticos, también sufrieron los embates de la mala gestión. En salud, el daño se calculó en más de 328 millones de pesos, mientras que la educación tecnológica y de adultos vio un perjuicio de 51 millones. En todos estos casos, el denominador común parece ser el desvío de recursos a cuentas bancarias no identificadas, dejando el destino final de los fondos en un preocupante misterio.
Las autoridades enfrentan ahora el desafío de enderezar el rumbo y asegurar que cada peso llegue a donde debe estar. Mientras tanto, la ASF continúa su labor de vigilancia, esperando que la transparencia y la responsabilidad se conviertan en los nuevos pilares de la administración pública en Morelos.
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