Ciclistas católicos dan limpieza al retablo de parroquia

Misantla, Ver., a 14 de abril del 2022.- De las actividades que llevan a cabo los ciclistas guadalupanos de esta ciudad de Misantla, no solo se preparan durante todo el año para ir por el fuego guadalupano, o hacer recorridos con la efigie de la virgen de Guadalupe, para visitas a domicilios, dentro de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, también llevan a cabo diversas actividades.

Esta ocasión, los ciclistas guadalupanos, llevaron a cabo una extensa limpieza a lo que es el retablo del altar mayor de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, donde los deportistas católicos quitaron polvo acumulado, limpiaron las efigies que se tiene instaladas en el retablo además de tener el mayor cuidado para no estropear esta obra de arte a base de madera preciosa de la región.

El retablo en madera de cedro, característico de esta región misanteca, con varias figuras en algunos espacios especiales, normalmente se tiene en su espacio principal la efigie de nuestra Señora de la Asunción vestida de blanco y con una túnica azul, rodeada de tres ángeles, peor en esta cuaresma, su imagen como de las otras que se encuentran están cubiertas con telas de color morada, una tradición de la Iglesia que se conserva aún en algunos templos, al ser días de duelo y se cubre con el velo de la viudez.

Este trabajo de limpieza, es digno de ser reconocido, pese a que en esta ciudad se cuenta con trabajadores que elaboran productos artesanales de madera, no se les nota un trabajo para que el retablo se le dé un buen mantenimiento -en su madera-, este según se dice fue construido entre los años de 1955 a 1958, por instrucciones de Luis Carrera Cruz, obispo de la diócesis de Papantla en ese entonces, el cual se creó para festejar el año santo decretado por el Papa Paulo VI.

El director de la obra fue Emilio Guevara, maestro de modelado de la Universidad de Puebla; en ese entonces el sacerdote que le tocó dirigir la obra fue David Chávez Paz, datos que proporciona el cronista de esta ciudad, Ángel Miguel Cueva y Pérez, la obra fue diseñada por un artista foráneo, la mano de obra fue de misantecos, los talladores hoy finados fueron: Agustín Domínguez, Narciso Sánchez y Félix Javier.