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Inicia el Adviento, debemos prepara la llegada del Señor

Misantla, Ver., a 26 de noviembre del 2017.- El año litúrgico que empieza con el tiempo de Adviento, marca el ritmo vital de la Iglesia en camino hacia su realización escatológica en el encuentro definitivo con el Señor, a esto el obispo séptimo de la diócesis de Papantla, José Trinidad Zapata Ortiz, invita a abrir el corazón.
En base al Calendario Litúrgico de la Iglesia Católica, y con la fiesta de Cristo Rey que se celebra en la 34ª Semana del tiempo ordinario este día de hoy domingo, se da por inicio el tiempo de adviento, es decir, el tiempo de preparación para las solemnidades de Navidad, en las que se conmemora la primera venida del Hijo de Dios a los hombres, y es a la vez el tiempo en el que por este recuerdo se dirigen las mentes hacia la expectación de la segunda venida de Cristo al fin de los tiempos. 
Para el obispo de la diócesis de Papantla este tiempo lejos de verlo como la llegada del hijo del Hombre, cada uno de nosotros debe abrir el corazón y ser más benevolente en las acciones que realizamos cada día de nuestra vida.
¿Monseñor cómo debemos prepararnos para la llegada del adviento?
“Abrir nuestro corazón a Dios, y preparar alguna cosa que convenga para que Él llegue y se quede, fíjense que cuando nosotros sabes que viene un visitante a casa, ponemos orden en la casa; arreglamos las cosas, las acomodamos, las limpiamos, entonces si adviento es tiempo de venida especial del Señor en nuestra vida espiritual tenemos que revisar cómo andan las cosas, y que acomodos tenemos que hacer, entonces valga esa comparación para que no sea un adviento más, sino que un nuevo adviento donde el Señor viene más a nuestra vida como ha venido antes”.
Con esto es que se da por inicio el ciclo B, dando como inicio la primera Semana de Adviento el tres de diciembre, haciendo el paréntesis en la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María que se celebrara el ocho de diciembre y concluiría la cuarta semana con el 24 de diciembre fecha romana del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. 

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