‘El joven no debe arriesgar su vida’: Obispo.
Misantla, Ver., a 24 de octubre del 2017.- Para Monseñor José Rafael Palma Capetillo, obispo auxiliar Xalapa, la juventud de be de retomar los diversos valores, tomados de la mano de Santa María, agregando que el papa Juan Pablo II siempre recalcó que los jóvenes son la esperanza del mundo.
Con el inicio del año de la juventud, Palma Capetillo emitió el mensaje a la sociedad misanteca, recordando que el joven debe ser parte de una formación religiosa y que sea el que ayude a fortalecer la predicación del evangelio.
“Con su entusiasmo y su energía impulsa a otras generaciones para seguir adelante y creo que todos estamos de acuerdo con eso, y miramos hacia la juventud mucha esperanza para que aprendan a orar y servir, que recuerden que son jóvenes y su energía, su fuerza la deben de canalizar para el bien, desde ahora, aunque hay muchas cosas que le divierten que aprendan a no perder el tiempo, no vivir tampoco acelerado, y recordar que Jesús es su amigo y está en su Corazón”.
Como es sabido a la fecha mucho de los jóvenes, han sido presa de la delincuencia y son reclutados para fines lucrativos, a ello el obispo auxiliar los exhorta a la reflexión, pues manifestó que la sangre nueva derramada en las calles ya no debe continuar.
“Hay que tener en cuenta que la búsqueda de empleos y la necesidad económica, a veces puede hacer tomar caminos equivocados, pero exhortamos a los jóvenes que no se dejen, que sean honestos, busquen caminos rectos, no caminos que los puedan llevar a complicaciones, peores como arriesgar su vida y envejecer pronto que ya no pueden salir de cosas tan graves, como es dedicarse a robos, asaltos y a secuestros, que es algo que Dios quiera podamos superarlo pronto, en nuestro estado, en nuestra patria y en el mundo entero”.
Sobre el caso de los jóvenes sacerdotes que fueron asesinados el año pasado, donde uno de ellos era misanteco, el obispo dio su postura.
“La exigencia va en el mismo sentido que toda persona humana merece respeto, a todos nos conmueve un poco más un sacerdote lastimado, pero lo importante es que nos sintamos los sacerdotes comprometidos a caminar con nuestro pueblo, y los riesgos son los mimos que corren todos, ser siempre prudente, sabios, saber cerrar la puerta cuando se necesite cerrar, y siempre estar al servicio de los demás, sin miedo con valentía, y hacerlo todo con amor a Jesús”, remato.
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