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Manuel Noriega, el mandamás panameño que fue halcón de la CIA y del narco

Fue el hombre de la CIA en Panamá y un hábil socio de los narcotraficantes colombianos en los años 80, un vínculo que a la postre abonó la invasión estadunidense que lo arrancó del poder
Panamá, a 30 de mayo del 2017.- Manuel Antonio Noriega, fallecido el lunes en un hospital panameño a los 83 años, fue el hombre de la CIA en Panamá y un hábil socio de los narcotraficantes colombianos en los años 80, un vínculo que a la postre abonó la invasión estadunidense que lo arrancó del poder.
De origen muy humilde, Noriega llegó a ser el último dictador militar de Panamá en su historia.
Conocido popularmente como 'cara de piña', por las huellas que dejó en su rostro la viruela, purgaba en su país varias penas por distintos delitos que sumaban unos 60 años de cárcel.
Una de esas condenas era por el asesinato de Hugo Spadafora, uno de los principales críticos de la actuación del Ejército en Panamá.
También cumplía condena por la muerte del mayor Moisés Giroldi, que intentó derrocarlo, así como por la desaparición de otras dos personas y acusaciones de violación de los derechos humanos.
Noriega, que llegó a general sin haber combatido, se educó en el Instituto Nacional, el colegio estatal más antiguo del país, y sus biógrafos indican de joven que era afín a ideales de la izquierda tradicional.
Se graduó como alférez de ingeniería en la Escuela Militar de Chorrillos, en Perú, y a los 22 años entró en la Guardia Nacional.
En 1968 apoyó el golpe militar que llevó al poder al general Omar Torrijos, quien lo formó en Inteligencia militar. De hecho, en 1970 fue nombrado jefe del servicio de inteligencia G-2 del país.
Reconocido agente de la CIA especializado en operaciones de contrainteligencia, Noriega transformó la Guardia Nacional en las Fuerzas de Defensa panameña y puso bajo su control casi la totalidad de los organismos del Estado.
Su misión era dirigir a la feroz policía secreta, orquestando la desaparición y tortura de oponentes políticos,mientras supervisaba los corruptos negocios de los militares,por lo que Torrijos se refería a él como "mi gángster".
DOBLE RASERO
A principio de la década de 1970, Noriega comenzó a colaborar a sueldo con la CIA, permitiendo instalar puestos de escucha en Panamá y utilizar al país como base para ayudar a las fuerzas pro-estadunidenses contra las guerrillas izquierdistas en El Salvador y Nicaragua.
Noriega utilizó esa información para manipular tanto a sus jefes panameños como estadounidenses para su propio beneficio, que incluía impulsar un floreciente negocio del narcotráfico.
A su vez, Noriega urdía intrigas, dando apoyo encubierto allíder cubano Fidel Castro y al coronel libio Muammar Gadhafi, o colaborando con Pablo Escobar para traficar cocaína a Estados Unidos y lavar dinero a través del sistema bancario panameño.
Estaba nadando con un montón de tiburones", dijo Richard Koster, coautor de "En Tiempos de Tiranos", sobre las dictaduras militares panameñas.
Llegó al punto donde sus actividades comorepresentante de los carteles del narcotráfico entraron enconflicto con sus actividades como hombre de Estados Unidos", explicó Koster.
Noriega se convirtió en gobernante de facto de Panamá en 1983, dos años después de la muerte de Torrijos en un accidente de helicóptero. Para ese entonces ya trabajaba con capos colombianos de la droga a cambio de millonarios sobornos.
La oposición le acusaba de participar en el tráfico de drogas y en el contrabando de armas.
Su declive se produjo a raíz de las acusaciones contra él de un compañero de armas, el coronel Roberto Díaz Herrera, al imputarle en 1987 relaciones con el narcotráfico y otros crímenes, lo que abrió una crisis.
Acusado por el Congreso estadunidense de narcotráfico, asociación de malhechores y beneficios ilegales, en enero de 1988 el entonces secretario de Estado, George Shultz, declaró que el Pentágono había exigido a Noriega abandonar el poder en la sombra y dar paso a un Gobierno auténticamente democrático.
El 20 de diciembre de 1989, unos 28 mil soldados estadunidenses tomaron por asalto Ciudad de Panamá y lanzaron una dramática búsqueda para capturar a Noriega, quien se había refugiado en la embajada del Vaticano.
Las tropas sitiaron la sede diplomática y forzaron a Noriega a entregarse el 3 de enero de 1990 utilizando las mismas técnicas psicológicas que una vez tanto admiró: haciendo sonar a todo volumen música de rock y rap, que el dictador aseguraba detestar, 24 horas al día.
Tras la invasión militar estadunidense, que lo derrocó, Noriega fue expulsado del Ejército por Guillermo Endara (1989-1994), el primer presidente en democracia desde el golpe militar que protagonizó Omar Torrijos en 1968.
La corrupción bajo su mandato llegó a tal punto que un subcomité del Senado estadunidense aseguró que Noriega creó "la primera narco cleptocracia del hemisferio" y se refirió a él como "el mejor ejemplo reciente" de cómo un líder extranjero puede manipular a Estados Unidos en contra sus intereses.
Noriega fue extraditado a Panamá el 11 de diciembre de 2011, tras cumplir más de 20 años en la cárcel en Estados Unidos y Francia por narcotráfico y blanqueo.
Llegó en silla de ruedas, anciano y fatigado, aparentemente enfermo, pero fuertemente custodiado, y fue encarcelado en una prisión de seguridad media en uno de los márgenes del Canal de Panamá.
El recibimiento de Noriega fue totalmente diferente a las acostumbradas fanfarrias que se escenificaban cada vez que llegaba de viaje o cuando celebraba su cumpleaños (11 de febrero) o una efeméride militar, como el Día de la Lealtad (16 de diciembre).
Con mi corazón, bajo el nombre de Dios, no tuve nada que ver con la muerte de ninguna de estas personas", afirmó Noriega el pasado 27 de enero, en la que fue su primera y única declaración ante un juez panameño, en el marco de las audiencias para que se le concediera un arresto domiciliario temporal que finalmente fue aprobado para ser operado.
En memorias escritas en prisión, Noriega se describe a sí mismo como un héroe nacionalista y dijo que la invasión se debió a su negativa a seguir a pies juntillas las órdenes de Estados Unidos en América Central.
Todo lo que se hizo en la República de Panamá bajo mi comando era conocido (por Estados Unidos)", llegó a decir desde prisión.

Fuente: exceslsior

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